Hacia las cinco de la madrugada el signo del recuento electoral en Estados Unidos dio un giro. Si hasta ahora dicho recuento daba vencedora a la demócrata Kamala Harris, ahora parece que Donald Trump acaricia la victoria. Aún deben conocerse los resultados en Estados clave pero cuando nos aproximábamos a la seis de la madrugada, hora española, Donald Trump superaba los 230 votos electorales (se necesitan 270 para llegar a la Casa Blanca) mientras Kamala Harris se quedaba en algo más de 225.

¿Puede ganar aún los demócratas? si, todavía pueden ganar, pero al comienzo del recuento, no sólo podía, es que parecía que iba a ganar.

En cualquier caso, durante toda la campaña electoral, los medios y analistas europeos se han preguntado si Trump aceptaría su derrota y anticipado que no, que volvería a provocar violencia. Ahora hay que empezar a preguntarse si la demócrata Kamala Harris aceptará su posible derrota y si no utilizará la Presidencia, perdón, la Vicepresidencia para hacer trampa en su favor, en la recta final del recuento. Desde luego, a algunos no nos extrañaría. Lo que está en juego en esta hora es el Nuevo Orden Mundial (NOM) y el NOM, ahora personificado en Kamala Harris, es muy tramposo.

Ya podemos hablar de dos signos que revelan claramente el significado de estas elecciones USA-2024, dos señales que nos ilustran sobre lo que está en juego en esos comicios. Por un lado, la demócrata Sarah McBride, se convierte en el primer trasgénero que llega al Congreso, que pasó de varón a mujer, por Delaware, Estado superprogresista y, de paso, un paraíso fiscal en el interior de Estados unidos.

En sentido contrario, en Florida, cuyo gobernador es Ron DeSantis, uno de los políticos norteamericanos más coherentes con su fe cristiana, podrá aplicar su ley de prohibición total de aborto a partir de la sexta semana de embarazo, cuando ya empieza a oírse el latido del corazón del niño. Debía ampliarse la protección hasta el momento de la concepción pero, al menos, en Florida se avanza hacia la vida y no hacia el aborto.

Pues bien, esto es lo que está en juego en Estados Unidos en estas elecciones: o cristianismo o ideología de género, esa antropología venenosa que cunde en todo el mundo. Si USA cede ante el siniestro esquema 'woke', a lo mejor tenemos un problema en todo el mundo, el mismo problema que ha provocado la degeneración de Europa.