El gobernador de California y eterno aspirante a la nominación demócrata a la Casa Blanca, Gavin Newsom, ha amenazado con denunciar a Elon Musk, el dueño de Tesla, porque su red social, "X", ha publicado un parodia sobre Kamala Harris, realizada con inteligencia artificial. 

Newson, miembro destacado del Nuevo Orden Mundial (NOM) ha promulgado una ley que prohíbe, como responde Musk, los memes, pero, en teoría, se trata de una ley que protege a los políticos, en concreto a los candidatos a cualquier cargo público porque, según don Gavin, eso supondría destruir la democracia. 

Es curiosa esta identificación que suelen hacer los hombres públicos entre la democracia y su persona, entre el país y sus  apellidos, hasta conseguir que cualquier crítica contra ellos se pueda considerar un ataque a las instituciones y, por ello, a la democracia.  

Pero no lo es menos el hecho de que, como es imposible encadenar al periodismo ciudadano, compuesto por cientos de millones de personas, el NOM trata de encadenar a quien pone en servicio la infovía, de todos los pecados cometidos por los coches que circulan por ellas. Por seguir con el ejemplo: Elon Musk debería vigilar y censurar todo lo que escriben sus usuarios. 

Y es que la desesperación del poder con aquello que, como Internet, no pueden controlar le saca de quicio.

Elon Musk, que ha liberado Twitter de censuras, ha mantenido otra agarrada con Lula da Silva, perdón con un juez del Supremo que simplemente ha cerrado "X" en Brasil. Elon Musk se las arregló para que los brasileños puedan utilizar la red por vía interpuesta.

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En el lado opuesto, el Europarlamento podría conceder al hombre de Tesla el Premio Sajarov a la libertad. Como ven, el tema del momento en el mundo es la libertad de expresión en Internet. Una libertad que se enfrenta al gran bulo de los bulos por las más diversas vías.

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Recuerden, la libertad de expresión, y con ella la libertad de prensa, está en peligro en el mundo libre: primero con los delitos de odio, luego con las campañas amañadas contra la desinformación. Ambas son liberticidas. Elon Musk se ha convertido en el alfil de la libertad de expresión, algo que no suele ocurrir con los millonarios, que casi siempre tiran a liberticidas.