El padre Ibrahim Faltas, vicario de la Custodia de Tierra Santa, ha realizado unas declaraciones a la agencia AsiaNews sobre la situación que viven los cristianos en Cisjordania y la zona de Belén.

Y es que a la guerra en Gaza entre Israel y Hamás (comenzada el 7 de octubre) se unen la beligerancia de los ultraortodoxos judíos (contra los cristianos), el intento de expropiar sus propiedades y el impulso a las colonias que está llevando a cabo el Gobierno israelí.

“Lo que está pasando en Cisjordania es muy grave, desde los enfrentamientos con los colonos hasta los crecientes asentamientos, las muchísimas personas arrestadas y las numerosas destrucciones que se han producido desde el comienzo de la guerra", explica el padre Faltas.

“Muchísimos cristianos -añade- han perdido sus propiedades y es un hecho muy grave, porque lo que une a la persona a un lugar es la tierra, la realidad donde vive. Llevamos 70 años esperando que intervenga la comunidad internacional, pero nadie ha hecho nunca nada concreto. Estamos pendientes de la mediación en curso de los estadounidenses, los egipcios y Qatar... esperamos que pueda conducir a un acuerdo, porque de lo contrario será un desastre. Todos lo esperan, cristianos y musulmanes, judíos, israelíes y palestinos, tras 11 meses de muertos, incluyendo niños, enfermedades y escombros; ya es un desastre en todas partes".

“Nosotros -apunta el padre Faltas- como Iglesia de Tierra Santa estamos haciendo todo lo posible para ayudar a los cristianos a permanecer, estamos aquí desde hace más de 800 años y los alentamos, los ayudamos a mantener su presencia, pero necesitamos paz y la ayuda de todos, también de los cristianos de Occidente y del Papa Francisco que, hasta la fecha, ha sido el único que siempre ha invocado con fuerza un alto el fuego, aunque nadie lo haya escuchado".

Más de 70 familias cristianas se han visto obligadas a abandonar Belén desde el comienzo de la guerra y todas comparten la misma idea: "Aquí no hay futuro para nuestros hijos y la situación es dramática". 

"Los lugares santos sin cristianos, Cisjordania sin cristianos, Belén y Jerusalén sin cristianos son una fuente de profunda preocupación", concluye el sacerdote.