Palin fue una de las primeras en apoyar la candidatura presidencial de Donald Trump en 2016
Como viene contando Hispanidad, la popularidad del expresidente de Estados Unidos Donald Trump sigue en pleno crecimiento, superando ya en valoración al actual presidente Joe Biden.
Y, en el marco del regreso del trumpismo, con el ascenso de muchos candidatos republicanos apoyados por Trump de cara a las elecciones de medio mandato del mes de noviembre, donde se renueva la totalidad del Congreso, un tercio del Senado y 36 de los 50 gobernadores del país, se ha anunciado esta semana el regreso a la política activa de Sarah Palin, que se presentará el próximo mes de agosto a las elecciones especiales para representar al Estado de Alaska en el Congreso, ya que tras el fallecimiento repentino a los 88 años del congresista republicano Don Young, su cargo de congresista por Alaska ha quedado vacante. Young no era un simple congresista, sino que era el miembro más veterano de la Cámara, en la que servía desde 1973 y, ocupaba por ello en la actualidad, el cargo de Decano de la Cámara de Representantes. Young fue, sin duda, uno de los políticos más relevantes de la historia del joven Estado de Alaska, el último en formar parte de Estados Unidos junto con Hawái, por cuanto ambos ingresaron en la Unión en 1959. Por ello, el Partido Republicano ha buscado una figura relevante para poder sucederle, y tal mérito ha hecho que Sarah Palin haya decidido regresar a la primera línea política más de una década después, dado que dejó de ser gobernadora de Alaska en 2009.
Sarah Palin saltó a la fama nacional en las elecciones presidenciales de 2008, que enfrentaron al entonces senador demócrata Barack Obama con el senador republicano John McCain. La campaña republicana, desde el principio, estaba herida de muerte por la deplorable herencia de la presidencia del republicano George W. Bush y de su equipo de progresistas neocon y por el escaso tirón y la agravada senectud del senador McCain.
Palin saltó a la fama en las presidenciales de 2008, cuando McCain la escogio como candidata republicana a la vicepresidencia. Pero la fidelidad de Palin a sus principios cristianos y conservadores, y su negativa a abjurar de los mismos, hizo que fuera objeto de una cacería por la progresía mediática y por el propio equipo de su jefe de filas
Pero entonces, ocurrió algo inesperado, McCain escogió a Sarah Palin, que ostentaba el cargo de gobernadora de Alaska, como candidata republicana a la vicepresidencia de EEUU. Palin supuso un revulsivo para la mortecina campaña republicana y, gracias a su gran tirón, mejoraron las intenciones de voto del tándem republicano. Sin embargo, la fidelidad de Palin a sus principios cristianos y conservadores, y su negativa a abjurar de los mismos, hizo que fuera objeto de una cacería por la progresía mediática y por el propio equipo de su jefe de filas John McCain, todo un republicano progresista. Así, el equipo de McCain, en lugar de confrontar a Obama, se dedicó a poner piedras a su propia compañera de ticket electoral. El resultado fue el esperado, McCain, quien ya ha fallecido, además de ser recordado como un republicano complaciente con el progresismo, marcó uno de los peores resultados para los republicanos en unas elecciones presidenciales.
Sin embargo, el ocaso electoral de McCain, no impidió que Palin se convirtiera en una estrella en la esfera conservadora.
Poco tiempo después, a principios de 2009, Palin fue una de las principales figuras que impulsaron el movimiento Tea Party. Dicho movimiento popular propugnaba la defensa de los valores tradicionales de familia y vida, el aislacionismo en política exterior, defendiendo el fin de las intervenciones armadas en el extranjero y el conservadurismo fiscal, proponiendo una bajada masiva de impuestos y la reducción del gasto público. Con un marcado carácter liberal, a la par que contrario al capitalismo financiero, que generó la crisis de 2008, el Tea Party dirigió su oposición contra los rescates de las grandes instituciones financieras de 2008, y se opuso tanto a la Ley de Estabilización Económica de Urgencia de 2008 del presidente George W. Bush, que autorizó al Tesoro estadounidense a gastar 700.000 millones de dólares de dinero público para la compra de activos basura a los bancos nacionales para salvarlos de la quiebra, como a la Ley de Reinversión y Recuperación de Estados Unidos de 2009, del presidente Barack Obama, que ahondó en los errores de Bush y disparó, todavía más si cabe, el gasto público.
A principios de 2009, Palin fue una de las principales figuras que impulsaron el movimiento Tea Party, que supuso el regreso del Partido Republicano a sus valores tradicionales, puso fin a la era de los progresistas neoconservadores de Bush y fue el auténtico dique de contención a los planes progresistas de Obama
El Tea Party supuso el regreso del Partido Republicano a sus valores tradicionales, y puso fin a la era de los progresistas neoconservadores de George W. Bush, que con su amalgama entre progresismo en materia social y su agresiva política exterior en Afganistán e Iraq, llevaron al desastre a los republicanos. Al mismo tiempo, el Tea Party fue el auténtico dique de contención a los planes progresistas de Barack Obama, y gracias a este movimiento, solo dos años después de la llegada de Obama a la Casa Blanca, los republicanos recuperaron el control del Congreso y bloquearon gran parte de la agenda progresista de la Casa Blanca. Además, el Tea Party ha generado a las principales estrellas republicanas en la actualidad como los senadores hispanos Marco Rubio o Ted Cruz, y fue decisivo para la llegada al poder del expresidente Donald Trump en 2016, que contó en su ejecutivo con figuras destacadas del movimiento como el exsecretario de Estado Mike Pompeo, el mejor jefe de la diplomacia estadounidense de la historia reciente.
El regreso de Sarah Palin no es casualidad, dado que ha sido el expresidente Donald Trump quien le ha animado a presentar su candidatura y le ha apoyado con firmeza, recordando que Palin fue una de las primeras en apoyar su candidatura presidencial en 2016, afirmando que “Sarah Palin sorprendió a muchos, cuando apoyó mi campaña presidencial a principios de 2016, y obtuvimos una gran victoria”. Ha ensalzado a la candidata recordando que “era una de las gobernadoras más populares, porque hizo frente a la corrupción tanto en el gobierno estatal como de los medios de comunicación”. Por último, Trump ha recordado el calvario que le hizo pasar su entonces jefe de filas John McCain y su equipo recordando que “Sarah impulsó la campaña presidencial de McCain, a pesar de que tuvo que soportar a gente malvada, estúpida y envidiosa dentro de la propia campaña.Trataron de destruirla, pero ella no dejó que ocurriera”.
La llegada al Congreso de Sarah Palin, puede ser premonitoria, y abonar el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de 2024.