Primero vamos con la noticia, Turquía ha dado un paso inesperado y ha solicitado oficialmente entrar a formar parte de los BRICS, el grupo de países formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, a los que el 1 de enero se unieron Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. Argentina también se iba a incorporar, pero Milei lo frenó.

El gobierno de Recep Tayyip Erdogan lo habría solicitado oficialmente como proyecto de convertirse en el nexo de unión entre el bloque occidental y su adversario oriental. A finales de octubre habrá cumbre de los BRICS en Rusia y parece que será allí donde se debatirá la entrada de Turquía.

Y esto ocurre cuando hace tan sólo un par de semana, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrel, se mostraba encantado con que la UE y Turquía retomaran el contacto con una reunión el 29 de agosto en Bruselas: "muy buena noticia". Hakan Fidan, ministro turco de Exteriores, era el encargado de participar en la la reunión informal que celebraba el Consejo de Exteriores de la UE en la sede de la Comisión Europea.

"Es una buena iniciativa. Todo se puede resolver mediante el diálogo y la buena voluntad. Pero para tener un diálogo la gente tiene que tener la oportunidad de discutir y creo que es una muy buena noticia que el ministro turco pueda unirse a nosotros durante esta reunión", dijo Borrell.

Borrell volvía a 'darse contra un muro', y es que recordemos que Turquía solicitó formalmente entrar en la UE en 1999, pero los franceses votaron en contra de la incorporación de aquel país a la Unión porque consideraban, con razón, que no cumplía los mínimos exigidos, es decir, no respetaba los principios cristianos de Europa. Desde entonces, las relaciones entre ambos países han sido manifiestamente mejorables.

Pues parece que la cosa no ha cambiado mucho y que Erdogán jugaba a dos bandas y ha terminado por jugársela a Europa y en sus narices, no debemos olvidar que la noticia ya no es sólo mala, sino peligrosa pues que Turquía se incorporó en 1952 a la OTAN. Dicho en otras palabras, si Turquía entra en los BRICS, un miembro de la OTAN, de la alianza militar internacional por excelencia, también será miembro de los BRICS, es decir, de los enemigos de occidente, de los representantes del nuevo anti-Occidente, del nuevo comunismo, más el neocomunista y violento México de López Obrador.

Y ojo que son cinco países los que conforman los BRICS, pero que suman aproximadamente el 40% de la población mundial. Más que los 1.000 millones que suman América y Europa juntos. Los BRICS resultan peligrosísimo porque ellos sí creen en algo, mientras el problema de Estados Unidos y Europa es que no creen en nada y por mucho que hablemos de valores, abandonado el Cristianismo que fundó Occidente, los únicos valores que nos preocupan son los valores bursátiles.

India y China defienden creencias infames, donde el hombre es un esclavo para el hombre. Rusia y Brasil son cristianos, allá al fondo les queda la noción del hombre Hijo de Dios, sólo eso. Sudáfrica es un añadido un tanto postizo, asimismo emergente de un pasado duro hacia no se sabe qué. Pero, ojo, todos se oponen al Nuevo Orden Mundial (NOM) que pretende imponer un Occidente que ha traicionado su propia esencia y que se obstina empeñado en despreciar la virtud y mantener el mando. Es decir, un imposible.

Los BRICS no es que sean los buenos, simplemente han sabido creer en algo, y eso, ante un Occidente falto de todo, sólo puede acabar en desastre, y más si un miembro de la OTAN ahora les acompaña. Al final, nos encontramos en una tenaza entre el panteísmo oriental y el satanismo occidental. Y todo esto, todo lo que representa los BRICS, se expande, parece que van ganando.