Un druso, con nacionalidad israelí, se puso a dar puñaladas en una estación de autobuses en Haifa (norte de Israel). Mató a un israelí de 70 años y dejó tres heridos graves.
Pocas horas después, en la ciudad alemana de Mannheim, un coche arremetía contra una multitud en un mercado de carnaval, provocando al menos dos muertos. Lo más 'curioso' es que en esta misma ciudad ya se produjo otro atentado con apuñalamiento, a cargo, naturalmente, de un musulmán, pero ahora las autoridades se han tirado horas y en este momento aún no han reconocido lo que todos sabemos: que las motivaciones del sujeto agente eran el Islam y el oido al cristiano que sienten quienes viven de los impuestos que pagan los cristianos, en la Europa decadente pero bastante cómoda y subvencionada, de los cruzados.
Ya saben: o coche o cuchillo, que son dos formas fáciles de matar, pero Europa no se atreve ni a precisar la condiciones del asesino, mientras propaga hasta los más mínimo detalles de la invasión israelí de Gaza.
Pues al menos, los israelíes combaten a pecho descubierto y si matan a civiles gazaríes es porque los terroristas de Hamas se esconden tras sus mujeres y sus niños. Pero los habitantes de Mannheim no habían cometido antes ningún asesinato, ni violación, ni secuestro, ni habían degollado bebés... fueron asesinados por ser cristianos, occidentales.
Lo de Haifa es más difícil de interpretar pero la razón es la misma: matar cruzados, en esto caso israelíes. El autor es druso, una tribu que practica el drusismo, una religión monoteísta, pero que se ha apuntado, tras muchos siglos de historia, por lo general, al credo islámico imperante y que, dede 1948, han convivido, más regular que mal, con los israelíes.
En cualquier caso, el asesino actuó como actúan los terroristas islámicos: con cuchillo, cuando no arremeten con un Ford Fiesta a toda velocidad contra la multitud.
Y nuevamente, a pesar de que los atentados con coche o cuchillo se repiten por Alemania Francia o Austria, las autoridades europeas, siempre fraternales con las víctimas, se dedican a advertir contra el peligro de una islamofobia creciente. Es la política del avestruz en todo su esplendor.

Observen la viñeta que corre por la Red. Creo que surgió hace una década cuando el atentado salvaje con tal revista Charlie Hebdo y corre desde hace años por Internet donde no he conseguido hallar la autoría. Resulta brillante, la mejor definición de la Europa actual ante la invasión islámica del continente, invasión no bélica -¡ojalá!-sino terrorista, no contra soldados, sino contra civiles.
Un musulmán atropella a europeos (los cruzados) y mientras se desangra, éstos no dejan de repetir frases exculpatorias y ridículas, como aquella de que el islam es una religión de paz o que se trata de algún desorientado.
Y ayer comentábamos como Irene Montero e Ione Belarra, habían recibido un rapapolvo de una mujer que les acusaba de que eran unas feministas cómplices del machismo islámico. Tenía toda la razón: para las feministas y feministos españoles sólo hay un enemigo el varón heterosexual, católico y español, Lo musulmanes, por contra, tratan con exquisito respeto a las mujeres y, además, como vomitó doña Ione el día en que un musulmán asesino a un sacristán en Algeciras, por favor, no los estigmaticen. Y el sacristán que se fastidie.
Pues no, el islam lleva en su germen la violencia por la sencilla razón de que, para el Corán, llamar padre a Dios es una blasfemia. Para el Islam, Dios es Creador, pero no redentor y padre. Alá es un dios inmisericorde, cuando la misericordia para con la criatura constituye el primer atributo de Cristo.
El Islam, por tanto, es una religión de fe, si acaso de esperanza, pero nunca de caridad, de amor. Llega hasta la mera justicia conmutativa, no más. Es decir, a la ley, no a la justicia, y como toda justicia meramente conmutativa y distributiva, se impone por ley, con carácter obligatorio.
Cristo propone, en la plena libertad de los hijos de Dios. El Islam, por contra, dispone, porque las normas se imponen por la fuerza o no son normas.
Además, toda la civilización cristiana se basa en la infancia espiritual, en el hecho inamovible de que, desde el Calvario y la resurrección, los hombres nos hemos convertido en hijos de Dios.
Además, el Islam no deja de ser una caricatura externa del Cristianismo. La oración y la limosna, incluso el ayuno, no sn medios para alcanzar la caridad, mandamiento único del cristiano, sino el cumplimiento de una serie de normas... porque el musulmán tiene prohibido llamar padre a Dios.
Por eso, el martirio musulmán consiste en morir matando mientras el martirio cristiano consiste en morir amando. El cristianismo y el Islam son como el agua y el aceite: imposible mezclarlos. La multiculturalidad no es más que esquizofrenia, como el pluralismo de dos opuestos pueden convivir, pero nunca interactuar: y esto se convierte en incoherencia, bipolaridad... esquizofrenia.
Por eso, también, el cristianismo siempre ha acabado por vencer al Islam, no porque el occidental sea superior al oriental -todos somos iguales- sino porque su fe cristiana es la verdadera y el islam sólo es una caricatura del credo católico.
Salvo, atención, cuando, como en el siglo XXI, el cristiano occidental se empeña en suicidarse. Y el suicido consiste en renegar de Cristo. Es entonces cuando el europeo, más que el americano, se inventa conceptos como el de multiculturalidad que es como intentar mezclar el agua y el aceite.
Europa no está muriendo frente al Islam: se está suicidando, que es otra cosa. Y su suicidio consiste en haber abandonado a Cristo.
Es la política europeo del avestruz.
¿Que cómo se arregla esto? de entrada exigiendo reciprocidad. No se debe admitir en Europa a ningún nacional de cualquier país que conculque la libertad los cristianos en sus territorios.
Para empezar: reciprocidad.
UPDATE 🚨: Two people lost their lives and 25 were hurt, with 15 suffering serious injuries, after a car plowed into a crowd in Mannheim, Germany.
— The British Patriot (@TheBritLad) March 3, 2025
A severed leg was seen lying in the street.
Europe is in trouble. pic.twitter.com/4wdpAbWvti
Por cierto, el cardenal Dolan aclara, la Pasión de Cristo no tiene nada que ver con el Ramadán:
🚨🇺🇲 Cardenal Dolan: los musulmanes no son nuestros “hermanos y hermanas” espirituales, y el Miércoles de Ceniza no es “nuestro Ramadán católico” (la Cuaresma es anterior al Ramadán por varios siglos).
— Capitán Bitcoin (@CapitanBitcoin) March 3, 2025
¡Basta de basura! ¡Deja de alabar a los musulmanes!. pic.twitter.com/DXfDxQLRX4