En EEUU, un tribunal ha sentenciado ayer miércoles al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, a 45 años de cárcel en el mismo EEUU y una multa de 8 millones de dólares por cargos de tráfico de drogas y de armas

El abogado del expresidente, Renato Stabile, ha anunciado que recurrirá la sentencia y tratará de conseguir un nuevo juicio.

El exmandatario hondureño ha sido acusado de convertir a su país en un camino de tránsito de droga hacia los EEUU, durante su mandato, es decir, entre 2014 y 2022.

Razón por la que el juez Kevin Castel le espetó que era “un hombre de dos caras”. Este mismo magistrado señaló que la sentencia mandará una señal “a los educados y bien vestidos”, en alusión a otros dirigentes manchados, de que “no crean que van a librarse de las acusaciones”.

Además, durante el procedimiento judicial, varios de los narcos testificaron en contra de Hernández, y certificaron que este había recibido dinero de cárteles de las drogas -entre ellos, el de Sinaloa- para ayudarle a ser presidente. Y que utilizó medios del Estado para proteger los envíos de drogas a los EEUU. 

Hernández se defendió argumentando que las acusaciones de los narcos contra él fueron en venganza por la persecución a la que les sometió su Gobierno: “En Honduras se tomaron extraordinarias e históricas decisiones para reducir y parar el tráfico de drogas, así como la aprobación de la extradición, la depuración de la Policía y la ley de protección del espacio aéreo, entre otras acciones, que resultaron en la disminución de la violencia y la criminalidad”.