Datos pocos, aunque ya son más que suficientes: Al Qaeda, es decir, otro grupo salvaje del terrorismo islámico, ha matado a 100 personas (al parecer, la mayoría civiles) en Burkina Faso y herido a otras 140, cuando cavaban una trinchera para protegerse de los ataques... de Al Qaeda.

Cuando el Estado, que tiene el monopolio de la violencia, no protege a los ciudadanos, la sociedad intenta protegerse a sí misma, pero eso no pueden permitirlo los islamistas naturalmente, expertos en asesinar a no combatientes. Recuerden, para los árabes, la guerra es una cuestión de familia.

Burkina está en el Sahel, justo encima de los países que forman el Golfo de África. Ahora mismo, tras conquistar el Magreb, el islamismo fanático avanza hacia al sur del continente negro: pretende conquistar el Sahel y todo África, desde el Sáhara y desde el Indico. 

Occidente, claro, mira hacia otro lado, y sólo la Rusia de Putin ha decidido hacer frente a la invasión islámica del Sahel. Es exactamente lo mismo que hicieron en la guerra de Siria, donde Occidente metió la pata, al arremeter estúpidamente contra el sirio Bashar al Asad, el más civilizado de la zona pero históricamente enfrentado a Israel y, tras el error capital de la Administración norteamericana de Barack Obama, surgió el Estado Islámico. Mientras, los rusos se encargaron de pararle los pies al ISIS en Sitia, algo que debió hacer Occidente, al menos se mantuvieron controlados, Hoy, en están, no ya en el Magreb sino en el Sahel y caminan hacia el Golfo de África y por toda la ribera este de África.

Es la doble invasión islámica: en África, a tiro limpio; en Europa, utilizando civiles.  Mientras, Estados Unidos continúa en la misma línea del error de Barack Obama, del que surgió el ISIS.