En su saludo a los fieles y peregrinos de lengua española este miércoles 30 de agosto en la Audiencia General, el papa Francisco invitó a acompañarlo espiritualmente durante su 43º viaje apostólico internacional, que se efectuará del 31 de agosto al 4 de septiembre y será a la República de Mongolia, recoge Vatican.news.

"Mañana por la tarde partiré hacia el continente asiático, para visitar a los hermanos y hermanas de Mongolia. Les pido que me acompañen en este viaje con su oración. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias”.

Es el 43º viaje apostólico internacional del Santo Padre, confirmado el 3 de junio pasado, respondiendo a la invitación del presidente de Mongolia y de las autoridades eclesiásticas del país. El Santo Padre partirá mañana jueves 31 de agosto desde el Aeropuerto Internacional de Roma-Fiumicino a las 18:30, llegando a Ulán Bator a las 10:00 de la mañana, hora local.

Los detalles de la visita fueron expuestos este martes 29 por el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni. El Obispo de Roma pronunciará cinco discursos, todos en italiano, y se encontrará con las autoridades, la sociedad civil, el cuerpo diplomático, líderes de otras religiones y agentes caritativos. Asimismo, inaugurará la Casa de la Misericordia.

A través de la misericordia de Dios, pudimos superar todos los desafíos y limitaciones que experimentamos a la hora de transmitir al pueblo mongol el mensaje de salvación de Dios", explica el sacerdote

La revista Ecclesia ha entrevistado a Gilbert B. Sales, presidente de la Universidad Saint Louis en Filipinas, pero que fue misionero en Mongolia. Recién caída la Unión Soviética, Mongolia dejó de recibir su apoyo económico y la pobreza se generalizó.

"Fue cuando la Iglesia católica se hizo presente ayudando a los más pequeños y vulnerables. La Iglesia católica en Mongolia funciona bajo la Congregación del Inmaculado Corazón de María. A través de la misericordia de Dios, pudimos superar todos los desafíos y limitaciones que experimentamos a la hora de transmitir al pueblo mongol el mensaje de salvación de Dios", explica el sacerdote.

El padre Sales abandonó Mongolia en 2005 cuando la comunidad católica mongola contaba ya con más de 300 personas y la misión se está expandiendo incluso más allá de la capital, Ulán Bator. Ahora, con motivo de la visita del papa Francisco, regresará al país con profunda gratitud. El sacerdote misionero concluye destacando la hospitalidad y fácil trato del pueblo mongol, confiando en que el Papa "recibirá una cálida bienvenida". 

A la postre, el viaje papal resulta especialmente curioso por cuanto Mongolia no deja de ser uno de los poquisimos países del mundo que no ha sido evangelizado. Sí, han acudido misioneros tras la caída de la Unión Soviética pero, a día de hoy, el número de católicos apenas alcanza los 1.500 en una población de 3 millones de personas. Si lo quieren en porcentaje, que queda mucho más fino, el 0,05%.