Y, en todo caso, si Biden no se retira, difícilmente podrá el partido apartarle de la candidatura
Desde la lamentable actuación del presidente Joe Biden en el primer debate presidencial, el caos se ha disparado en las filas demócratas, junto con una confusión absoluta acerca del futuro político del presidente, con noticias y mensajes contradictorios entre sí.
A pesar del evidente deterioro cognitivo que lleva mostrando Biden desde hace ya mucho tiempo, son pocos los líderes demócratas que se han atrevido a pedir en público que renuncie a la candidatura presidencial del partido. Sólo los veteranos congresistas por Texas y Arizona, Lloyd Doggett y Raúl Grijalva se han lanzado a la piscina. Este último ha manifestado así: “Si él (Biden) es el candidato lo voy a apoyar, pero creo que esta es una oportunidad para mirar hacia otro lado… Lo que tiene que hacer es asumir la responsabilidad de conservar ese puesto, y parte de esa responsabilidad es salir de esta carrera".
El presidente sí ha recibido el apoyo de su familia para continuar en la carrera, especialmente el de su esposa, la primera dama Jill Biden, que se ha erigido en el personaje público que defiende con más ahínco la supervivencia política del presidente.
Esta semana, Biden ha mantenido una reunión clave con los gobernadores de su partido. Tras la misma, asumió la palabra el gobernador de Minesota, Tim Walz, quien aseguró que Biden está plenamente capacitado para ejercer el cargo.
El problema para los demócratas no es únicamente el estado de Biden sino también la falta de banquillo, algo que llevamos contando desde hace mucho en Hispanidad, y que ahora se muestra de forma evidente, con el caos desatado ante la eventual renuncia del presidente a la candidatura a la reelección.
Ningún nombre parece convencer a los analistas del partido: el gobernador de California Gavin Newsom o la gobernadora de Michigan Gretchen Whitmer son absolutos desconocidos, y la exprimera dama Michelle Obama nunca se ha presentado a una elección
Y es que ningún nombre parece convencer a los analistas del partido, dado que algunos líderes como el gobernador de California Gavin Newsom o la gobernadora de Michigan Gretchen Whitmer son absolutos desconocidos para la opinión pública, y la exprimera dama Michelle Obama, que nunca se ha presentado a una elección, no parece estar por la labor de entrar en política, en una campaña con el viento en contra quedando además sólo cuatro meses para los comicios.
Así, el único nombre que quedaría sería la vicepresidenta, Kamala Harris, pero sus bajos niveles de popularidad no la convierten en el líder idóneo para asumir la candidatura.
No obstante, muchos creen que Harris tiene una oportunidad única, dado que difícilmente podría alcanzar la nominación demócrata a través de unas elecciones primarias, dada su escasa valoración. No hay más que ver su desastrosa campaña en las primarias presidenciales de 2020, donde tuvo que retirar su candidatura incluso antes de los caucus de Iowa.
Pero la figura de Harris genera demasiadas dudas. Algunos líderes del partido como el congresista por Carolina del Sur, Jim Clyburn, a quien Biden le debe en gran medida la candidatura presidencial de 2020, ha cerrado filas en torno al binomio Biden-Harris indicando así: “Soy una persona de Biden-Harris, así que no me escaparé de eso. Estoy a favor de Biden-Harris. Estaré a favor de Biden si Harris no está allí y estaré a favor de Harris si Biden no está allí”.
El único nombre que quedaría sería la vicepresidenta, Kamala Harris, pero sus bajos niveles de popularidad no la convierten en el líder idóneo para asumir la candidatura demócrata
Sin embargo, no todos opinan así en la formación progresista, el senador por Delaware, Chris Coons, ha asegurado que “Biden es el único demócrata que puede vencer a Donald Trump”.
Algunos medios como Semafor van más allá. Este portal ha publicado que los principales consultores demócratas debatieron esta semana, ante una audiencia de grandes donantes del partido, “si podrían sacar a Joe Biden de la carrera por la presidencia y si la vicepresidenta Kamala Harris sería peor que un Biden “en coma” o “muerto”.
Pase lo que pase, se acaba el tiempo para los demócratas… queda menos de mes y medio para la Convención Nacional que tendrá que confirmar la candidatura de Biden -vencedor en las primarias- o bien optar por un candidato alternativo.
Y, en todo caso, si Biden no se retira, difícilmente podrá el partido apartarle de la candidatura.