Las garras del yihadismo pretendían volver a dar un zarpazo en EEUU, pero, afortunadamente, la seguridad del país lo ha impedido. 

Porque el FBI ha detenido el lunes pasado a dos individuos que pretendían atentar con fusiles AK-47 el día de las próximas elecciones presidenciales, es decir, el 5 de noviembre, en algún sitio donde hubiese una gran concentración de personas. 

Uno de los dos detenidos fue identificado com Nasir Ahmad Tawhedi, de 27 años, residente en Oklahoma. Y el segundo es menor de edad, compatriota afgano y hermano de la esposa de Tawhedi. 

Desde que entrase en EEUU en 2021 portando un visado especial de inmigrante, Tawhedi se había dedicado a frecuentar propaganda del Estado Islámico y financiaba una entidad que servía de pantalla al grupo yihadista. 

“El terrorismo sigue siendo la prioridad número uno del FBI y utilizaremos todos los recursos para proteger al pueblo estadounidense”, declaró este martes el director del FBI, Christopher Wray.

Y mientras eso ocurría en EEUU, en Oriente Medio prosigue el ruido de la guerra.

Concretamente, el grupo terroritsa pro-iraní Hezbolá ha lanzado unos 105 cohetes contra la ciudad israelí de Haifa.

La respuesta del ejército israelí no se ha hecho esperar, bombardeado la capital libanesa, Beirut.

En el Líbano ya han muerto unas 2.000 personas desde el inicio de las hostilidades por parte judía, según ha informado el Ministerio de Salud Pública libanés.

Mientras, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmail Baghaei, ha denunciado a última hora del martes: “La prisa del régimen de ocupación (Israel) por arrastrar a toda la región a una guerra cada vez más extensa tiene como objetivo principal manipular malignamente las próximas elecciones estadounidenses”.