Ahora resulta que Ursula von der Leyen -tengo estos principios, pero si no le gustan, tengo otros- quiere levantar un muro, al estilo Pedro Sánchez, para aislar a la mal llamada ultra derecha que, le guste o no, ha logrado, en total, 131 europarlamentarios: Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (CRE), los de Meloni y Vox, 73 y Grupo Identidad y Democracia (ID), de Le Pen, 58.

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Al CRE le llaman ultra porque es derecha cristiana, mientras al ID -derecha pagana- le llaman así porque realmente tiene postulados fascistas, es decir, deifica a la nación. En otras palabras, no se puede meter en el mismo saco ‘ultra’ a Meloni y Vox y a francesa Le Pen o a la líder de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel.

Como decimos, y tras cortejar los días previos a Meloni, Ursula (PPE, 185) ha decidido que lo que hay que hacer es establecer un cordón sanitario a Meloni y compañía, lo que ella llama extrema derecha y que hemos explicado antes. El nuevo pacto que busca Ursula para seguir en la Presidencia Europea es, atención, con la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) (137 representantes), los liberales de Renew Europe (79) y los Verdes (52). En total, 453 escaños, más que los 395 que sumaría con la peligrosísima ultra derecha. Ahora bien, ni siquiera estamos hablando de la 'grossen koalition' alemana, sino de la ‘grossen european explosion’ de Ursula.

Porque, ¿qué tienen en común el PP y los verdes? ¿Y los verdes con los liberales? Todo sea por frenar el auge de la derecha cristiana que encarnan Meloni y Vox y que, entre sus propuestas está la eliminación de la perversa Agenda 2030 así como la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, es decir, sin eutanasia.

¿Feijóo? El líder del PP está con Ursula.