Intentan algunos construir la paz en el mundo, sin poner amor de Dios en sus propios corazones, sin servir por amor de Dios a las criaturas. ¿Cómo será posible efectuar, de ese modo, una misión de paz? La paz de Cristo es la del Reino de Cristo y el Reino de Nuestro Señor se cimenta sobre el deseo de santidad, en la disposición humilde para recibir la gracia, en una esforzada acción de justicia”, asegura el fundador del Opus Dei, San Josemaría (Es Cristo que pasa, homilía de Cristo Rey). 

Traducido: que sin paz interior no habrá paz exterior. Para evitar la guerra no hay que prepararla, lo que hay que hacer es no quererla. Para estar en paz con los demás, hay que estarlo con uno mismo. Y eso sirve para el último barrendero y para el presidente del Gobierno. 

Todo esto es aún más cierto en el mundo actual, donde la violencia más dura es la que no se ve. Sí hombre, sí: ahora la guerra se hace apretando botones. Antes era distinto: había que olerle el sobaco a quien le clavabas la espada. Además, la memoria de lo ocurrido condicionaba el futuro. Ahora, la memoria se ciñe a lo que recogen las cámaras de televisión, documentación poco certera y siempre incompleta. Además, las pantallas no tienen vida. Vamos, que el hombre no aprende de la crueldad de la guerra.

Pero las palabras del fundador del Opus Dei siguen siendo tan ciertas hoy como ayer. Conflictos de Israel y de Ucrania. El primero, un pueblo que sólo lucha por su supervivencia rodeado de enemigos... ¿cómo va a tener paz interior?

Los judíos se han cansado de escuchar la voz de la razón, la voz que emanaba de su credo bíblico. Los judíos, o son el pueblo elegido por Dios o sencillamente no son nada. Ahora, tan sólo arrean zarpazos con la única idea de aniquilar a sus adversarios porque ya no confían en ninguna otra forma de paz. 

Por su parte, en Ucrania se nota también la falta de paz interior. A Joe Biden le importa un pimiento que rusos y ucranianos se maten con tal de que no mueran norteamericanos. Y Europa... exactamente lo mismo. Ellos ponen las armas y los ucranianos ponen los muertos.  

No, las guerras de Israel, a pesar de la tregua, y de Ucrania, a pesar de las promesas, no tienen trazas de terminar. Falta paz interior.