Lo ha dicho Nicolás Maduro pero esta vez pueden creerle, porque se trata de una mentira interesada: Venezuela pide su ingreso en los BRICS, esa alianza anti-occidental formada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Otra forma de plantar cara a Los Estados Unidos y otra forma de irse de la Comunidad Iberoamericana de Naciones y fastidiar a la Madre-Patria, España. 

De entrada, a los políticos hay que juzgarles por lo que hacen dentro, que es lo que depende de ellos, y no por sus alianzas internacionales, aunque algunas ya dan pistas. Si quieren juzgar la labor de Nicolás Maduro en Venezuela no tienen más que ver el presente vídeo en el que se relata como una madre venezolana da gracias a Dios porque su hijo, al que no podría alimentar, ha muerto.

El comunismo no es más que miseria, material y moral, y, cuando toca, hay que depredar al vecino para poder seguir subsistiendo. Que en Europa se siga defendiendo a los comunistas no es señal de que el socialismo haya cambiado, es sólo señal de que Europa se está idiotizando a marchas forzadas. 

 

China sencillamente está comprando Iberoamérica. La conquista comercial es mucho más eficaz que la militar y encima no provoca rebeliones

Volvamos a los BRICS. La iniciativa de Maduro supone dar un paso más hacia la Hispanoamérica roja. Ya son rojas, más bien progres, Argentina, México, Chile, Brasil, Nicaragua, Honduras, Perú, Colombia, Venezuela, Cuba... quedan pocos países que se libren del tsunami. Además, la Hispania roji-progre, actúa en bloque. Por ejemplo, con una presión insufrible sobre Ecuador, que le lava el cerebro a la población indígena, cualquier violencia con tal de expulsar a Guillermo Lasso, ganador de las elecciones... y ya casi lo han conseguido. Naturalmente, como Lasso es de derechas, Europa calla.

Pero la iniciativa de Maduro resulta, cómo diría, especialmente molesta, en un momento en que la influencia de los BRICS crece en todo el globo. La horrenda tiranía china es hoy la primera potencia de Hispanoamericana -mientras la memez sociopodemita aplaude- y Rusia, a través de sus mercenarios Wagner, se ha convertido en la gran potencia de África. Ejemplo: lo de Níger ha sido un golpe militar pro-ruso. Y ojo: Burkina Faso y Chad se unen a Níger y ya han dicho que si las tropas europeas entran El Sahel, sus fuerzas se unirán a las de Níger. Esta vez Emmanuel Macron -Francia era la potencia ¡referencial en el Sahel- y con él toda Europa, ha hecho, de nuevo, el más espantoso de los ridículos. Y todo el Sahel se ha convertido en una matanza. Etiopía, Sudán, Senegal, Mali, etc. 

La alianza antioccidental BRICS también crece en el mundo hispano gracias al influjo del vengativo, y cada día más radical, Lula de Silva, tan alabado en la España sanchista

En definitiva, los BRICS plantan cara a Occidente, lo que es tanto como decir que están plantando cara, no a Europa ni a la OTAN, sino a la civilización cristiana. 

La alianza antioccidental crece en el mundo hispano gracias al influjo del vengativo y cada día más radical, Lula de Silva. Vengativo porque no se ha conformado con vencer a Bolsonaro: quiere meter en la cárcel al hombre al que ha votado la mitad de los brasileños.

Solución: hay que re-evangelizar Hispanoamérica, aquello que hicieron españoles y portugueses, a partir de 1492. Mientras tanto, el mundo hispano no tendrá autoritas frente a la potestas que imponen los BRICS. La evangelización de Hispanoamérica tuvo como nudo gordiano a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de Iberoamérica. Sería el momento de volver a empezar, por ese mismo camino. 

¿Que España necesita ser evangelizada primero? Sí, es cierto, pero no por ello debe renunciar a repetir su gran logro histórico. Y sí, re-evangelizando Iberoamérica salvaría a Iberoamérica tanto del yugo capitalista como del yugo socialista.