Desde 2009, el país sufre la amenaza yihadista en el noroeste, causada por el grupo terrorista islamista Boko Haram
Informa aciprensa, tres sacerdotes católicos de Nigeria fueron secuestrados entre el sábado 2 y este lunes 4 de julio.
En un comunicado emitido por la Diócesis de Kafanchan, a la que pertenece uno de los sacerdotes secuestrados, P. Emanuel Silas, informaba: “Se cree que el triste evento ocurrió en la madrugada del 4 de julio de 2022, cuando no pudo asistir a la Misa de la mañana. Fue secuestrado de la rectoría de la parroquia en la iglesia católica St. Charles, Zambina, en el área de Kauru, Estado de Kaduna”.
Además de este secuestro, el sábado 2 de julio otros dos sacerdotes fueron secuestrados en la Diócesis de Uromi, en el Estado de Edo, cuando volvían en un coche a manos de hombres armados. “Apenas seis días después de que el P. Christopher Odia fuera secuestrado y asesinado, recibimos la triste noticia de que el P. Peter Udo y el P. Philemon Oboh fueron secuestrados en su camino de Benin a Uromi”, informó la Diócesis de Yola.
Desde 2009, el país sufre la amenaza yihadista en el noroeste, causada por el grupo terrorista islamista Boko Haram que busca convertir el país en un estado islámico. De hecho, Boko Haram, uno de los grupos terroristas islámicos más grandes de África, estuvo relacionado con el atentado en una iglesia católica en Nigeria, con la consiguiente preocupacion porque el terrorismo está bajando hacia el sur del país. En el norte Boko Haram no ha dejado nunca de atentar brutalmente, y en la zona central del país, la violencia de los llamados «Fulani» está cada vez más presente sembrando el terror entre las aldeas cristianas.
La Iglesia Católica en Nigeria afirma que los cristianos de su país son víctimas de un proceso de limpieza étnica y religiosa a manos de los musulmanes fulani con la complicidad del Estado, que no se debe únicamente a «enfrentamientos» por las tierras entre pastores musulmanes y agricultores cristianos.
Ante esta situación, occidente se olvida de los cristianos. Albares metió la pata y "no descartó" una intervención de la OTAN en Malí: "No, no hay que descartarlo, no ha estado en la mesa de las conversaciones de Madrid, porque esta es una cumbre que establece el marco de la actuación de la OTAN, pero si fuera necesario y se concretara una amenaza para nuestra seguridad, por supuesto se haría. En estos momentos el Sahel es el epicentro del terrorismo internacional."
La Iglesia Católica en Nigeria afirma que los cristianos de su país son víctimas de un proceso de limpieza étnica y religiosa a manos de los musulmanes fulani con la complicidad del Estado, que no se debe únicamente a «enfrentamientos» por las tierras entre pastores musulmanes y agricultores cristianos
Declaraciones que no sentaron nada bien al gobierno maliense, el ministro maliense de Exteriores, Abdoulaye Diop, ya ha corrido a catalogar las declaraciones del ministro español como "inaceptables".
Y de ahí a una llamada entre ambos representantes, en la que Albares negó la posibilidad de una intervención de la OTAN: "He tenido un intercambio telefónico con el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, en relación con las declaraciones que se le atribuyen sobre la eventualidad de una intervención militar de la OTAN en Malí. Lo ha negado y ha expresado su apego a las relaciones de amistad y cooperación con Malí".
Pero lo de dar la espalda a los cristianos en la zona y mirar hacia otro lado con las masacres que se están viviendo, es la tónica general de occidente. Recuerden que el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, por razones aún no reveladas, no incluye a Nigeria como «País de Especial Preocupación» (CPC) en una lista de vigilancia de países con las más atroces violaciones de la libertad religiosa.
Y que el Gobierno de Sánchez siempre ha guardado silencio cuando se han producido los atentados, al fin y al cabo, son vidas cristianas, que poco importan.