Fue en mayo de este año cuando les contamos en Hispanidad uno de los grandes temores de los demócratas: que la creciente violencia en Estados Unidos les costara la Casa Blanca. Quedaban apenas seis meses para las elecciones y la imagen de los manifestantes propalestinos de extrema izquierda en la cena de corresponsables acosando a los invitados en pleno centro de la capital federal Washington DC, con las fuerzas de seguridad impotentes e incapaces de contener a los radicales, dio la vuelta al mundo. 

Entre los demócratas despertó el fantasma de 1968, año en que precisamente la Convención Nacional Demócrata, al igual que en el presente 2024, tenía lugar en la ciudad de Chicago, y donde los activistas radicales contrarios a la Guerra de Vietnam generaron el caos… hasta el punto que el entonces presidente demócrata Lyndon Johnson no pudo ni acercarse a la convención de su propio partido ni visitar campus universitarios, dado que el Servicio Secreto no podía garantizar la seguridad del presidente. La imagen de fragilidad de los demócratas, que fueron devorados por el propio caldo de cultivo radical que habían creado, tuvo su efecto en las urnas aquel año. El republicano Richard Nixon venció al vicepresidente y candidato demócrata, Hubert Humphrey, y se convirtió en presidente de Estados Unidos, al segundo intento, dado que en 1960 había sido derrotado por el demócrata JFK.

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Y la historia se repitió en 2024, con la aplastante victoria de Donald Trump sobre la vicepresidenta Kamala Harris. La escena vivida en Washington no fue más que un nuevo capítulo de la ola de crimen, violencia y delincuencia que sufre Estados Unidos.

El origen estuvo en las pasadas elecciones presidenciales de 2020, donde el movimiento marxista Black Lives Matter y el grupo anarquista Antifa ejercieron de guerrilla callejera contra el entonces presidente Donald Trump, aupados bajo el manto del candidato presidencial del Partido Demócrata, Joe Biden, y de su formación política, que impulsó en el plano legislativo el movimiento “defund the police”, logrando que muchas de las principales ciudades del país con ejecutivo demócrata adoptaran medidas para eliminar la dotación y recursos de las fuerzas y cuerpos policiales.

Así, el caldo de cultivo que los propios demócratas crearon se les ha vuelto en contra, y lo han pagado caro, perdiendo el control de la Casa Blanca y el Senado, dado que el Congreso -que estaba en manos republicanas- seguirá con mayoría conservadora.

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Y en una nueva muestra de ‘la herencia Biden-Harris’, Safeway anunció el martes en una carta a la alcaldesa de San Francisco, la demócrata y progresista London Breed, que cerrarán sus establecimientos en la ciudad después de sufrir una oleada de robos. 

Breed, quien perdió su intento de reelección en noviembre ante otro demócrata, el heredero de Levi Strauss Daniel Lurie, aseguró que estaba "entristecida" por la decisión de Safeway. Se trata de una de las mayores cadenas de supermercados estadounidenses fundada en 1915, pero no es la única que se ha visto afectada por los robos. Otra gran cadena, Walgreens, ha declarado haber sufrido 23 robos en los últimos meses en sus tiendas de la zona.

La preocupación de los residentes y las pequeñas empresas parecen aumentar a pasos agigantados en San Francisco, y es que la única respuesta de Breed ha sido una propuesta de ley que obliga a un toque de queda en algunos de los establecimientos minoristas de la ciudad, con la pérdida de negocio que eso supondría. "No creo que se produzca ningún cambio, cerrando dos horas antes o después de cuatro horas. La mayoría de las actividades que tienen lugar durante el día continuarán", dijo el propietario del New Princess Market, Willie Masarweh, en el programa "Fox & Friends Weekend”.

Safeway y Walgreens son sólo un nuevo ejemplo de algo que lleva sucediendo meses y que sufren muchas compañías: Noodles & Company, Starbucks, Burger King, McDonald’s…

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Mientras esto ocurre, como ya contamos en Hispanidad, la próxima Administración Trump-Vance desata el entusiasmo en el pueblo estadounidense al verse como la alternativa y la solución a este tipo de problemas. Nueva muestra de ello es que Donald Trump ha sido nombrado Persona del Año por la revista Time. Es más, con su portada de fondo, el presidente electo de Estados Unidos "hacía sonar la campana de apertura" en la Bolsa de Nueva York. Trump se encargó de firmar el libro de visitas de la Bolsa de Nueva York, siendo el primer presidente que hace sonar la campana de apertura desde Reagan. Algo muy emocionante para el republicano, puesto que Reagan siempre ha sido su gran referente. 

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"Creo que la economía va a ser muy fuerte. Tenemos que resolver algunos problemas. Tenemos guerras en marcha que antes no teníamos”, aseguró un Trump escoltado por sus más fieles.