Desde que el pasado 7 de octubre se iniciase la guerra en la Franja de Gaza entre Israel y el grupo terrorista islámico Hamas (por los salvajes asesinatos de los terroristas en territorio judío), el teatro de operaciones bélicas en Oriente Medio se ha ido desplazando desde Gaza hasta la frontera sur del Líbano, donde habita Hezbolá, la milicia islamista de la rama chiíta que también ha sido objeto de ataques por parte de Israel. 

Los ataques israelíes contra Hezbolá -un grupo terrorista yihadista respaldado por Teherán- en Líbano han consistido en la explosión simultánea de buscas y walkies que portaban sus miembros y también en bombardeos en territorio libanés que han causado cientos de muertos y heridos.

Las últimas informaciones apuntan a un posible despliegue de tropas israelíes en Líbano, precedida de los ataques aéreos para destruir la infraestructura del grupo terrorista Hezbolá.

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En ese contexto, en declaraciones a Fides, el sacerdote maronita Rouphael Zgheib denunció que los bombardeos israelíes -en teoría contra bases del grupo chií Hezbolá- están también cayendo en zonas habitadas mayoritariamente por cristianos: «Esta mañana ha sido bombardeado el pequeño pueblo chií de Maaysra, en la zona de Keserwan, un área históricamente cristiana, a pocos kilómetros de la sede del Patriarcado maronita en Bkerké».

Lo confirmaba la coordinadora de proyectos de ACN en el Líbano, Marielle Boutros, quien destacó que muchas familias cristianas residentes en las áreas bombardeadas han sido afectadas: “Algunos han perdido sus casas, y ahora se están trasladando del sur a otros lugares de Beirut, Monte Líbano y el norte, en busca de seguridad”. "La oleada de ataques aéreos contra bastiones de Hezbolá en el Líbano está teniendo un efecto devastador en toda la población, incluidos los cristianos, y podría empujar aún más a estos últimos a abandonar el país".

Cabe recordar que el Líbano era un país mayoritariamente cristiano a mediados del siglo XX. En concreto, en 1956, el 56% de la población era cristiana (en su mayoría católicos, sobre todo maronitas) y 44% de musulmanes y drusos, según el último censo nacional que recoge La Nación

Se trataba de un territorio  donde convivían pacíficamente distintas religiones y culturas. Pero poco a poco el país ha pasado a ser de mayoría musulmana. En concreto, el World Factbook de la CIA estimó en 2020 que hay un 67,8% de musulmanes, 32,4% de cristianos y 4,5% de drusos, señala La Nación. 

“La disminución proporcional de cristianos y el aumento del número de islámicos estuvo impulsada por razones demográficas, los conflictos bélicos en los países de la región y cuestiones económicas”, explicó a La Nación el licenciado Said Chaya, hijo de padre libanés, que dirige el Núcleo de Estudios de Medio Oriente en la Universidad Austral. “El índice de natalidad en las familias musulmanas es mucho más alto que en las cristianas. Además, la mayoría de los refugiados palestinos y sirios que llegaron al Líbano son islámicos. Y, por último, los cristianos, sobre todo en el siglo XX, tenían mejor nivel económico como para emigrar en busca de mejores oportunidades a Europa o Estados Unidos. Eso generó un aumento proporcional del número de musulmanes”, agregó Chaya.

Desde el punto de vista político, lo explica el padre El-Khazen también a La Nación: "La situación se complicó a nivel político con la llegada de Hezbollah y la influencia de la revolución islámica" a partir de 1979. "Siria ocupó el Líbano desde 1975 hasta que se retiró en 2005. Y ahora hay una invasión de Irán, a través de Hezbollah, en el dominio de la política libanesa”.

El sacerdote El-Khazen añade: "Hezbollah arruinó políticamente al Líbano. Desde 2022, cuando terminó el mandato de Michel Aoun, Hezbollah bloqueó en el Congreso toda posibilidad de la elección de un presidente porque quieren que todo el poder quede en manos musulmanas. Ellos aspiran a un gobierno 100% musulmán, por eso impiden la elección del presidente, que debería ser un cristiano. Los líderes maronitas, en cambio, históricamente buscaron la unidad en la diversidad religiosa de nuestro país. Pero desgraciadamente, eso se está perdiendo". 

También lo destaca esta mujer: