En EEUU, el Estado de Luisiana ya adoptó hace unos años la ley de "los latidos del corazón", que prohíbe a las mujeres abortar una vez que se detecten latidos del bebé, lo que suele ocurrir a partir de unas seis semanas de gestación. Y ahora han decidido declarar la guerra a la píldora abortiva, su uso ya estaba penado, pero si la nueva norma prospera, también estará prohibido poseerlas. 

Ha sido su Cámara de Representantes, con una mayoría de 64 frente a 29 la que ha aprobado la nueva norma que reclasifica los dos medicamentos más usados para abortar como sustancias controladas y peligrosas, castigando su posesión sin receta con multas y penas de cárcel de hasta cinco años. 

Aún queda la aprobación del Senado y la firma del gobernador, el republicano Jeff Landry. Pero cuando se de luz verde, la mifepristona y el misoprostol entrarán a formar parte de la lista de sustancias controladas, donde se encuentran el fentanilo o la cocaína. 

Recordemos que fue en Texas donde comenzó la batalla contra el aborto químico. La asociación provida Alliance Defending Freedom (ADF) demandó a la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) por haber autorizado el uso de la mifepristona y pidió una orden judicial inmediata para retirar el químico de la lista de medicamentos aprobados en EE.UU.

El uso de estas píldoras es el que provoca el denominado aborto farmacológico, consiste en tomar dos medicamentos en dos fechas distintas que, combinados, provocan la expulsión del contenido del útero. Primero se toma la Mifepristona, "fármaco que bloquea la producción de progesterona": bloquear su producción supone algo así como asfixiar al feto. Segundo se toma el Misoprostol, "que es el que provoca la expulsión de la gestación", este medicamento produce contracciones en el útero, es decir, se expulsa mediante un fuerte sangrado el bebé que previamente has asfixiado. 

La industria del aborto oculta las consecuencias de estas píldoras: graves infecciones, pérdidas de sangre... e intervenciones quirúrgicas de urgencia.

Desde la asociación defienden que la FDA se excedió en su autoridad al aprobar la Mifepristona mediante un proceso de revisión acelerado reservado para medicamentos para tratar "enfermedades graves o potencialmente mortales".