En Domingo de Ramos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, publicó a través de redes sociales su mensaje de felicitación de Semana Santa.

El comunicado comenzaba afirmando que "Esta Semana Santa, los cristianos de todo el mundo recordamos la Crucifixión del Hijo Unigénito de Dios, nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, y el Domingo de Pascua celebramos su gloriosa resurrección y proclamamos, como lo han hecho los cristianos durante casi 2000 años, ¡Ha resucitado!".

"A través del dolor y el sacrificio de Jesús en la cruz, vimos el amor y la devoción inagotables de Dios por toda la humanidad y, en ese momento de su resurrección, la historia cambió para siempre con la promesa de la vida eterna", continuó.

En el mensaje, el presidente ha prometido que su Administración defenderá la fe cristiana “en nuestras escuelas, fuerzas armadas, lugares de trabajo, hospitales y salas de gobierno. Nunca flaquearemos en la salvaguardia del derecho a la libertad religiosa, la defensa de la dignidad de la vida y la protección de Dios en nuestra esfera pública”.

El claro mensaje de Trump no resulta sorprendente dado que el republicano nunca ha renegado de su fe cristiana y siempre ha defendido en público sus creencias.

También ha mostrado su agradecimiento a Dios, dado que cree le salvó la vida en los intentos de asesinato que sufrió durante la campaña presidencial.

La programación de Semana Santa de la Casa Blanca incluirá varios eventos. El presidente celebrará una cena de Pascua el miércoles por la noche. El Jueves Santo, Trump ofrecerá un servicio religioso para el personal en la Casa Blanca, donde la pastora Paula White, asesora principal de la Oficina de Fe de la Casa Blanca, el reverendo Franklin Graham, el pastor Greg Laurie y el pastor Jentezen Franklin participarán en oración, lectura de las Sagradas Escrituras y la celebración del servicio religioso.

Al igual que la mayoría de estadounidenses, Trump es protestante. Si bien fue criado en la Iglesia presbiteriana, una de las confesiones protestantes más tradicionales, al igual que muchos americanos que abandonaron esta y otras históricas Iglesias protestantes por aceptar postulados progresistas, hoy se considera cristiano no denominacional, asistiendo a servicios religiosos pero sin estar adscrito formalmente a una Iglesia concreta.

A pesar de que Estados Unidos es el cuarto país con mayor población católica del mundo, sólo por detrás de Brasil, México y Filipinas, se trata de una nación de mayoría protestante. Así, el 44% de los estadounidenses son cristianos protestantes, y un 19% es católico.