Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, tiene una gran asignatura pendiente que le deja Andrés Manuel López Obrador: combatir el crimen organizado, como ahora le recuerdan los obispos mexicanos
Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México, la violencia no sólo no ha disminuido sino que parece que incluso se ha incrementado, debido en parte al seguidismo de la actual presidenta a las políticas de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, consistentes en "abrazos, no balazos", al narco.
Es decir, Sheinbaum, a lo suyo, aseguró que no va declarar la guerra al narco, lo que estos aplauden con las orejas: "No buscamos ejecuciones extrajudiciales, que era lo que ocurría. Nosotros vamos a usar prevención, atención a las causas, inteligencia y presencia".
Como consecuencia, la violencia en el país azteca se ha incrementado hasta el punto de haber sufrido 73 asesinatos diarios.
En ese contexto, el pasado fin de semana, en la Arquidiócesis de Tlalnepantla, en el Estado de México, unos individuos dispararon a una familia cuando esta salía de participar en “una ceremonia de acción de gracias” en la Basílica de Nuestra Señora de los Remedios, en el municipio de Naucalpan, recoge Aciprensa.
Según informó la Arquidiócesis de Tlalnepantla en un comunicado, como consecuencia del tiroteo, “una mujer perdió la vida y hubo también varios heridos”. Pero no se conoce el móvil del ataque.
Mons. Fernández Hurtado rechazó “toda forma de violencia y ataque contra la vida”, haciendo especial énfasis en la violencia “contra las mujeres y las familias, en todo lugar, pero sobre todo, en este espacio de oración, de encuentro fraterno y de esperanza”.