El padre Ignacio María da su vida por los niños víctimas de las mafias
Este sábado dedicamos esta crónica semanal sobre Hispanoamérica a homenajear a un hombre que está dando su vida por los 'niños crucificados', como él los llama, víctimas de las mafias de la explotación sexual, de la explotación minera o de los traficantes de órganos. Muchos de ellos llegan con graves enfermedades, como la leishmaniasis.
Ese hombre es el sacerdote español Ignacio María Doñoro de los Ríos, antiguo capellán castrense del Ejército español —estuvo destinado en los conflictos de Bosnia y Kosovo— y excapellán de la Guardia Civil en Intxaurrondo, en los tiempos de plomo de ETA.
Doñoro ya contaba con experiencia, por medio de una ONG, en abrir casas para niños y jóvenes con dificultades en Tánger, Mozambique, Colombia y el Salvador. Pero un día decidió que tenía que dedicarse a esa labor y fundó el Hogar Nazaret, en el Huallaga central (Región de San Martín), Selva del Amazonas (Perú).
No pude decir que no a Dios. Aquellos que estáis enamorados, sabéis que el amor te atrapa y acorrala. No deja opción
"No pude decir que no a Dios. Aquellos que estáis enamorados, sabéis que el amor te atrapa y acorrala. No deja opción. Hacer locuras por amor, es lo que da sentido a una vida. Y veo al Amor en los más pobres. Reconozco su rostro, en medio del sufrimiento, en las puertas del infierno, rescatando niños abandonados", explica él mismo.
Tan en serio se tomó la labor que ha llegado a hacerse pasar por un traficante de órganos para poder 'comprar' a un niño por 26 dólares y salvarlo de las mafias.
Unas mafias que no dudaron en darle un paliza espantosa porque les estaba perjudicando el negocio. El padre Ignacio María Doñoro se salvó porque sus agresores le dieron por muerto.
En este momento, el Hogar Nazaret tiene seis casas —escuela de fútbol incluida— y acoge a más de 300 niños y adolescentes en situación de alto riesgo y exclusión social
En este momento, el Hogar Nazaret tiene seis casas —escuela de fútbol incluida— y acoge a más de 300 niños y adolescentes en situación de alto riesgo y exclusión social, en "coordinación con las Parroquias y con el Sistema Educativo”. “A la vez, y esto es lo más difícil, hacemos seguimiento a cada familia hasta conseguir sanarla y que el menor se reinserte en la misma”, explica en su web.
"Hogar Nazaret --explica en su web-- es una familia sobrenatural, nacida del sueño de Dios que demanda hombres y mujeres nuevos. Dos mil años después, Jesús vuelve a su hogar, y lo hace a través de una obra de misericordia de la Iglesia que intenta restituir a los niños más pobres de entre los pobres los derechos que les han sido vulnerados: el derecho a la identidad, el derecho a la salud, el derecho a la familia, el derecho a sentirse especiales y el derecho a ser amados, entre otros.
En el Hogar Nazaret, los niños son aceptados tal y como son: irrepetibles, imprescindibles, únicos. Gracias a eso, no se sienten juzgados, lo que les permite desarrollar habilidades sociales y de comunicación.
El Hogar Nazaret no es simplemente un lugar donde crecer, sino un pilar imprescindible para el entorno emocional de los niños, donde se forjará su personalidad, equilibrio interior y dominio de la voluntad. Los niños no son el futuro, sino el presente lleno de futuro. No buscamos que sean felices en un futuro, sino ahora. Hoy.
Cuando entra un niño nuevo, se sorprende de la atmósfera de acogida, generosidad, buen humor y actitud de servicio. Desde el primer día, es un hermano más que debe afrontar retos y asumir responsabilidades que varían en función de su edad. Se tienen muy cuenta tanto la opinión como los deseos y aspiraciones de cada niño. Se les pide, sin miedo, que tomen decisiones y asuman las consecuencias, sabiendo que se saca más provecho de los errores que de los aciertos. Se les enseña que el éxito y la felicidad de cada uno de sus compañeros constituye la felicidad de todos.
Hogar Nazaret es el grito de Cristo en la cruz. Es imposible no ver a Cristo entre los más pobres de los pobres y no sentir su presencia en cada uno de ellos".
Hogar Nazaret es el grito de Cristo en la cruz. Es imposible no ver a Cristo entre los más pobres de los pobres y no sentir su presencia en cada uno de ellos"
Recientemente, el padre Doñoro ha publicado dos libros, editados por Nueva Eva: El fuego de María y El secreto es Jesús.
En El fuego de María pueden leerse cosas como estas:
-"Jesús proclama que los más pequeños y los más destrozados son sus preferidos". "Los más pobres (los más vulnerables) son los preferidos de Jesús y si son niños todavía más; y si encima son niños crucificados, ahí es que estás viendo directamente el rostro de Dios. Para mí, servirles, lavarles los pies y atenderles es una necesidad de amor".
-"En mis niños está Jesús, que ha sido maltratado; Jesús, que ha sido golpeado; Jesús, que ha sufrido abusos".
-"Si yo estoy con los pobres es porque en los pobres está Jesús". "Ellos son los elegidos, los predilectos de Jesús. Él fue quien dijo que son bienaventurados los que lloran, los que sufren, los que tienen hambre y sed de justicia...".
-"Al cabo de los años he comprendido que los gestos de los niños, su generosidad y sus oraciones son acogidas de un modo muy especial por el corazón de Jesús". "Los niños conmueven muchísimo el Corazón de Jesús".
-"Y Jesús, ¿qué voy a decir de Él? Me enamoró cuando tenía 18 años y desde entonces hace conmigo lo que quiere. ¡Porque así es Jesus! Cuando le pedimos que se haga en nosotros su voluntad y nos ponemos a su disposición, abandonándonos en sus manos, Él se lo toma muy en serio, porque necesita hombres y mujeres que cumplan sus planes y su sueños". "Ese es mi problema: que sigo enamorado de Dios, atrapado en su amor. Y por eso hace conmigo lo que quiere".
-"Oiga, pero yo quiero ser santo. ¿Qué tengo que hacer? nada. Déjate amar por Dios. Acéptale. Haz las pequeñas cosas de cada día. No hace falta irse a Bosnia ni a El Salvador. Deja que Él haga en ti. No hay que hacer heroicidades ni historias raras. Dios no quiere que le demuestres nada. Un hijo no tiene que demostrar nada a su madre o a su padre. Y Dios nos ama infinitamente más que nuestros padres".
-Mientras tres individuos le daban un paliza de muerte, él rezaba así: "Señor, que muera con una sonrisa. Que muera con gozo. Que muera perdonando. Que muera amando. Que muera dándote gracias por haberme permitido servirte. Perdona ms pecados, mis miedos, mis errores y mi ingratitud. Perdóname por lo poco que te he amado, porque tenía que haberte querido mucho más".
-"El rosario es el distintivo del Hogar Nazaret y lo que nos da vida. En el rosario se unen los hijos con su Madre para rezar a Dios Padre". "Los niños saben que forman parte del ejército de María para reparar y consolar al Corazón de Jesús". "Yo les digo que no pueden quedarse ningún día sin rezar el rosario porque les está esperando la Virgen María".
En este conmovedor vídeo puede verse la labor que realiza este sacerdote español mediante el Hogar Nazaret.