Ayer tomó posesión de su cargo la nueva presidenta de México, la demagoga Claudia Sheimbaum, discípula de su antecesor en el cargo, Andrés Manuel López Obrador y, como él, odiadora de la labor civilizadora de España en el territorio que ahora ocupa México hace 500 años.

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De hecho, el martes 1-y mira que hay temas que preocupan a los mexicanos, como la violencia, la delincuencia y la inseguridad ciudadana, con un balance de 90 homicidios diarios durante el mandato de López Obrador-, Sheimbaum volvió a acordarse de lo ocurrido hace 500 años, al criticar la "invasión española”. “El origen de la grandeza cultural de México reside en las grandes civilizaciones que vivían en esta tierra siglos antes que invadieran los españoles”.

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Esta frasecita de doña Claudia daría para mucho. Pero lo mejor es que lean este artículo de Hispanidad al respecto: "Nada por lo que pedir perdón... y que ¡viva Hernán Cortes!".

Pero volvamos a la nueva presidenta mexicana. Porque, según aseguró ayer uno de los invitados a su toma de posesión, el presidente colombiano ultraizquierdista Gustavo Petro, Claudia Sheinbaum, fue «colaboradora y militante» del grupo terrorista colombiano M-19, de corte izquierdista, en el cual él mismo también militó, por lo que ayer sentenció: "El M-19 ha dado dos presidentes" en Iberoamérica.

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