
Como recogió Hispanidad, en la República Democrática del Congo, rebeldes del grupo M23 conquistaron el pasado 27 de enero Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte. En esa operación se produjeron cerca de 1.000 muertos y decenas de miles de desplazados, recogió Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
El Movimiento 23 de Marzo, a veces abreviado M23, es un grupo rebelde militar que opera en áreas del este de la República Democrática del Congo, fundamentalmente en la provincia de Kivu del Norte. Está involucrado en un conflicto armado con el gobierno congoleño, lo cual ha llevado al desplazamiento de un gran número de refugiados. Está formado principalmente por tutsis y se opone al denominado poder hutu de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda así como a las milicias Mai-Mai que operan en la zona.
En la vecina Ruanda gobierna, desde el año 2003, el siniestro Paul Kagame, también de la etnia tutsi, que apoya al M23, con la idea de ir conquistando el Congo e ir haciéndose con sus minerales. En concreto, el M23 cuenta con el apoyo de unos 4.000 soldados de la vecina Ruanda, según fuentes de la ONU.
El conflicto entre ambos países se explica porque Ruanda acusa a la República Democrática del Congo de refugiar a miembros de la etnia hutu responsables del genocidio a los tutsis, en 1994. Mientras que la República Democrática del Congo acusa a Ruanda de robarles el oro y los minerales para venderlos a compradores chinos, turcos y árabes, explicó La Razón.
Para más inri, en la República Democrática del Congo también operan yihadistas vinculados al Estado Islámico: se llaman Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), a quienes recientemente se les atribuyó el asesinato de 70 cristianos en una iglesia protestante en la localidad de Kasanga, en la provincia de Kivu del Norte, puesto que este grupo las había secuestrado días antes.
Y el pasado 20 de enero, este mismo grupo yihadista asesinó a machetazos a medio centenar de personas que vivían en poblaciones cristianas, como recogió Hispanidad.
Después de haber tomado Goma, a mediados del pasado mes de febrero, los rebeldes del grupo M23 tomaron otra ciudad, Bukabu, la segunda más grande del este de la República Democrática del Congo, con 1,3 millones de personas.
En ese contexto, en la República Democrática del Congo vive un sacerdote, de nombre Moisés, con el que ha contactado Religión en libertad y a quien ha declarado: "Dios ha bendecido esta parte del país con minerales, pero tenemos conflictos entre tribus, pueblos contra pueblos. La base del conflicto son los minerales, pero, también, está el problema de los hutus, que son un peligro además para Ruanda. Nuestro deseo es que se lleven los minerales pero que no maten a la gente, la gente vale más que el coltán y que los diamantes", pide Moisés.
"Matan a la gente sin piedad, uno se despierta y ve muertos en la carretera, o en las puertas de las parroquias, son cosas dramáticas. Hay ladrones armados que con la inseguridad aprovechan. Vienen a tu casa a pedir algo y si no tienes nada te matan”, añade.
Gracias a Dios, confiesa Moisés, su parroquia todavía no ha sido "visitada" por los rebeldes. "Aunque hay inseguridad, miedo, pánico, estrés... la gente, aunque no mucha, sigue viniendo a misa. Todavía los guerrilleros no han visitado las parroquias de la ciudad".
Para el sacerdote, uno de los grandes problemas es el miedo. "La gente tiene miedo del otro, uno no sabe quién es el otro. Como los soldados del Gobierno han huido, han abierto las cárceles y la gente está mezclada. Si ves una cara que no conoces eso provoca un pánico tremendo. A mí me pasa, cuando estoy con una persona que no conozco no puedo decir todo lo que quiero".
"Como sacerdote no hay otro remedio que salir a la calle. Si hay alguien que necesita un sacramento tenemos que acercarnos, arriesgarnos. Tenemos miedo, porque uno no puede ir en coche, lo hacemos en moto o andando. Hubo un tiempo en el que atacaban a los coches", cuenta Moisés.
"Estamos esperando que vuelva el Ejército, pero no sabemos cuándo ni a donde, no es fácil. No lo puede hacer de un momento a otro, tiene que haber un diálogo y un Ejército fuerte, y el nuestro no lo es", reconoce.
"Si se alarga esta situación la gente va a morir. La gente ya está muriendo de miedo, de hambre. No se puede sacar dinero de los bancos, las tiendas no se pueden abrir. La gente va a morir no sólo de la guerra sino de todo lo demás, y los ladrones se van a multiplicar", comenta el padre Moisés.