Desde hace tiempo, por todos es conocido que las elecciones presidenciales del presente año iban a ser muy disputadas. Lo que no era tan predecible era lo anómalas que podían llegar a ser.

Todo empezó el pasado mes de julio con la sorprendente “operación renove” demócrata, que apartó de la candidatura presidencial al vencedor en las primarias demócratas, el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, siendo sustituido por su número dos, la vicepresidenta Kamala Harris. En las últimas semanas, los extraños acontecimientos ocurridos han llevado a una situación de incertidumbre no conocida hasta la fecha en una contienda electoral estadounidense.

En primer lugar, el candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump ha estado a punto de ser asesinado en dos ocasiones. La primera, el pasado 13 de julio en un mitin electoral en el Estado de Pensilvania, donde llegó a resultar herido de gravedad en la oreja tras ser tiroteado, salvándose de milagro gracias a un leve movimiento de cabeza que hizo al leer un gráfico. La segunda, este pasado 15 de septiembre, nuevamente Trump estuvo cerca de la muerte, esta vez en su propio campo de golf en West Palm Beach, en el Estado de Florida. En esta ocasión, no resultó herido si bien el peligro fue extremo, dado que el tirador se situó apenas a 400 metros del expresidente. La cuestión no es baladí, es la primera vez que un presidente o candidato presidencial resulta herido en un ataque desde que en 1981 el entonces presidente Ronald Reagan, también republicano, fue tiroteado. Y el hecho de que más de cuatro décadas después, en un espacio de apenas dos meses, el mismo candidato presidencial haya estado a punto ser asesinado en dos ocasiones, ha desatado las dudas sobre el papel de las agencias federales y, en particular, sobre su independencia para investigar lo ocurrido. Por ello, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha anunciado que Florida iniciará una investigación independiente indicando que “Hoy firmo una orden ejecutiva que asigna el caso relacionado con el intento de asesinato del expresidente Donald Trump a la Oficina del Fiscal Estatal bajo la supervisión de la Fiscal General Ashley Moody”.

Los extraños acontecimientos ocurridos han llevado a una situación de incertidumbre no conocida hasta la fecha en una contienda electoral estadounidense

DeSantis también expresó su preocupación por el posible conflicto de intereses que puedan tener las agencias federales que investigan el intento de asesinato, al considerar que el Departamento de Justicia de la Administración de Joe Biden y Kamala Harris actualmente está procesando al expresidente Trump en el mismo distrito de Florida por el caso de los documentos clasificados.

Y las sombras no acaban ahí, también se ha conocido que hackers iraníes robaron información de la campaña presidencial de Donald Trump y la enviaron a personas del entorno de la campaña presidencial demócrata.

La Oficina del Director de Inteligencia Nacional, el FBI y la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad  han publicado un comunicado conjunto  indicando que espías cibernéticos iraníes enviaron correos electrónicos no solicitados a personas entonces asociadas con la campaña del presidente Biden que contenían un extracto tomado de material privado robado de la campaña del ex presidente Trump como texto en los correos electrónicos”.

Rápidamente desde la campaña presidencial de Kamala Harris, han afirmado que no han respondido a tal información y que “No tenemos conocimiento de que se haya enviado ningún material directamente a la campaña; algunas personas fueron atacadas en sus correos electrónicos personales con lo que parecía un intento de spam o phishing. Condenamos en los términos más enérgicos cualquier intento de actores extranjeros de interferir en las elecciones estadounidenses, incluida esta actividad maliciosa no deseada e inaceptable”. Un miembro de la campaña demócrata ha asegurado que “el material no fue utilizado”.

La campaña de Trump ha respondido que Harris y Biden “deben aclarar si utilizaron el material pirateado”, afirmando que es “una prueba más de que los iraníes están interfiriendo activamente en las elecciones” para ayudar a los demócratas.

Y para poner la guinda, ponemos en su conocimiento las sorprendentes declaraciones del multimillonario y cofundador de PayPal, Peter Thiel acerca de las elecciones presidenciales de este año. En el podcast All-In, Thiel ha sorprendido a propios y extraños al afirmar que “Si las elecciones son reñidas, Kamala ganará, porque harán trampa”. Thiel también se ha mostrado escéptico sobre el sistema electoral estadounidense, cuestionando específicamente el voto anticipado y los escasos sistemas de identificación del votante. Para su interés pueden leer la intervención complete a continuación:

Thiel: Por cierto, si las elecciones van a ser muy reñidas, estoy bastante seguro de que Kamala ganará porque harán trampa.

Harán trampa. Lo fortalecerán. Se robarán las papeletas…

Entrevistador: ¿Cuántas trampas crees que ocurren cada año?

Thiel: Hay que tener cuidado con el verbo. Hacer trampa, robar implica que algo sucede en la oscuridad de la noche. Creo que el verbo que puedes usar es "fortificar".

Al igual que la recolección de votos, todos estos cambios de reglas se realizaron a plena luz del día. Creo que nuestras elecciones no son limpias; de lo contrario, podríamos examinarlas y tener un debate serio al respecto.

Entrevistador: ¿Qué cambiarías entonces?

Thiel: No lo sé. Como mínimo, se intentaría organizar elecciones del mismo modo que se hace en cualquier otra democracia occidental. Tienes un día de votación. Prácticamente no tienes votos anticipados. Es un día donde todo sucede, no es este proceso prolongado de dos meses. Así lo hacen en todos los demás países. Tendría una identificación de votante algo más sólida y aseguraría que las personas que votan tengan derecho a votar. Eso es básicamente lo que hacen en todas las demás democracias occidentales, y solía ser más parecido en Estados Unidos…Hace 30 o 40 años, los resultados se obtenían el día de la votación. Eso dejó de suceder.

Sorprenden estas afirmaciones, cuando a pesar de que Thiel es cercano al senador y candidato republicano a vicepresidente J.D. Vance, no ha apoyado la candidatura de Donald Trump.