Publica OK diario que la ministra Ione Belarra ha encabezado en primera persona la ofensiva crítica lanzada en tromba por Podemos con la que pretende que España humille al Rey Felipe VI, al exigir que se pidan disculpas por el hecho de que el Monarca no se ha sumado al show de la espada de Simón Bolívar ideado por el nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, en su toma de posesión. Desde los órganos de comunicación oficiales de la formación morada, así como por voz de sus líderes, se ha cargado contra el Monarca español y se han exigido «disculpas de parte de nuestro país».

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Los podemitas no comprenden cómo Felipe VI permaneció sentado al paso de la espada de Bolívar:

En nombre del Gobierno, al que pertenece Podemos, responde el ministro de Cultura. Miquel Iceta, ha considerado "desproporcionadas" y "disparatadas" las exigencias de parte de sus socios fundamentales de pedir perdón a Colombia y ha reclamado "no dar más importancia" al hecho, que también ha generado controversia al otro lado del charco. "Yo no sé si me pasa una espada por delante si me tengo que levantar", ha advertido Iceta en una entrevista concedida a RNE en la que se ha puesto en el mismo lugar que Felipe VI para enmarcar en la gestión del protocolo el hecho de levantarse o permanecer sentado durante las diferentes partes de una toma de posesión como a la que asistió el monarca en Colombia. Más si cabe, ha enfatizado, cuando la "presencia" de la espada de Simón Bolívar se decidió "en el último momento". "Fue una cosa sobrevenida", ha zanjado el ministro.

Para Petro, que en su juventud militó en el M-19 (el grupo guerrillero Movimiento Diecinueve de Abril (M-19) , la espada tiene un gran valor simbólico, y por eso quería que estuviera en su acto de investidura, junto con la escultura de la paloma de la paz, creada por el maestro Fernando Botero para la firma del acuerdo de paz con las FARC, en 2016, pero el Gobierno de su ahora antecesor, Iván Duque, no se lo permitió.

Sin embargo, tras la orden presidencial de Petro, y después de un rato de espera, cuatro soldados vestidos con el uniforme de la época de la Independencia, llegaron a la Plaza de Bolívar llevando la espada en una urna de cristal que depositaron sobre una mesa en la tarima principal.

Según publica La Razón, Bolívar fue un hombre que no recibió entrenamiento militar formal, que mostró flagrantes contradicciones –«Hablaba con elocuencia sobre la justicia pero no siempre fue capaz de impartirla en el caos de la revolución»–, que le era difícil aceptar las críticas y, en definitiva, que «llegó a creer que los latinoamericanos no estaban preparados para un gobierno verdaderamente democrático: abyectos, ignorantes, recelosos, no comprendían cómo gobernarse a sí mismos, habiéndoles arrebatado sistemáticamente esa experiencia sus opresores españoles». Requerían, pensaba el tirano, mano dura, lo cual le condujo a decisiones que alimentaron los ataques de sus detractores, como el hecho de imponer un dictador en Venezuela. Algo que a más de uno llevará a la comparación con el actual y terrible gobierno chavista de Nicolás Maduro.

El mismo Bolívar que decretó la 'Guerra a muerte': una declaración que significaba que los españoles y canarios que no participasen activamente en favor de la independencia venezolana se les daría la muerte, mientras que a los que lo hicieran "se les invita a vivir entre nosotros pacíficamente".

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Mientras, las redes siguen aportando su particular toque de ingenio sobre este asunto:

felipe VI ZAPATERO