Terrorismo musulmán: viven en Occidente y odian al cristianismo
Sorprende la reacción europea ante los sucesos de Francia. La solución no es sino un acuerdo sobre una migración solidaria... que acaba en cuotas de emigrantes por países y, por si fuera poca esa cosificación del emigrante, podrás liberarte de ella como a principios del siglo XX se libraban de ir a la guerra los burguesitos españoles: pagando.
Pero no sólo la Francia oficial calla, sino también la España oficiosa. Mientras Macron defiende en Francia, por miedo, a los que atacan a Francia
La segunda 'sorpresa' es que nadie dice quién está incendiando Francia: la están incendiando los musulmanes y ahora ya no gritan que Francia, el país que les ha acogido, les maltrata: ahora dicen que no quieren ser franceses. De ahí a proponer la república islámica de Francia sólo hay un paso. En el entretanto, los musulmanes actúan en Francia con una miserable inmunidad y una insultante impunidad.
¿Qué le está ocurriendo a Europa? ¡Señores, que son los musulmanes quienes están incendiando Francia!
Islam y cristianismo son incompatibles, Islam y democracia también
Pero no sólo la Francia oficial calla, sino también la España oficiosa. Mientras Macron defiende en Francia, por miedo, a los que atacan a Francia, la Unión Europea firma un acuerdo de migración 'solidario'... que consiste en comprar a los inmigrantes con dinero: una solidaria maldad y una estupidez llamadas, encima, al fracaso.
Un fracaso hipócrita, porque ahí tienen a nuestro presidente de turno de la Unión Europea, don Pedro Sánchez, rasgándose las vestiduras ante el incomprensible racismo de algunos, en referencia a Polonia... precisamente el país más solidario con Ucrania que, sin necesidad de darse palmaditas en Kiev con Zelensky. acogió a más de la mitad de los refugiados-inmigrantes ucranianos, afectados por la invasión de Putin.
Si Macron quiere quitarle esa bandera a Le Pen, que obligue al emigrante a respetar al país que le acoge. Basta con que lo diga. No sería racismo: sería justicia
Empecemos por el comienzo: islam y cristianismo son incompatibles, Islam y democracia, también.
Si Macron quiere quitarle la bandera a Le Pen, que obligue al emigrante a respetar al país que le acoge. Esto no es racismo: es justicia. Y todos lo entenderían. Además, sería una barrera ante la inmunidad y la impunidad de los musulmanes franceses.
¿Acoger a todos los perseguidos? Por supuesto. ¿Acoger a todos los inmigrantes? No, ayudarles en sus países de origen, ayudarles a que no emigren
Para toda Europa: ¿acoger a todos los perseguidos? Por supuesto. ¿Acoger a todos los inmigrantes? No, ayudarles en sus países de origen, ayudarles a que no tengan que emigrar. En Europa debe cundir una idea: la emigración es mala. Por tanto debe una excepción, no la regla.