Quizás recuerden la escena de la película Poli de guardería: "Los niños tienen pene, las niñas vagina". Pues como algo así me imagino yo lo sucedido en Reino Unido, con la diferencia de que ese país ha perdido el norte. 

Un niño de entre tres y cuatro años fue expulsado de una guardería tras ser acusado de "abuso contra la orientación sexual y la identidad de género", según datos recientes del Departamento de Educación británico.

Pero es que la cosa va a más, en el curso 2022-2023, al menos 94 estudiantes de escuelas primarias en el Reino Unido fueron suspendidos o expulsados por presuntos comportamientos considerados transfóbicos o homofóbicos. Entre estos casos, se encuentra la expulsión del menor de guardería.

El Departamento de Educación británico se pronunció sobre el tema asegurando que todas las escuelas deben garantizar un entorno seguro para estudiantes y docentes, pero también dejando claro que los directivos tienen la facultad de imponer medidas disciplinarias cuando lo consideren necesario. 

Uno de los casos que más revuelo han causado es el de una escuela de la Iglesia de Inglaterra en la Isla de Wight que advirtió a los padres de un niño de seis años que su hijo podría ser considerado «transfóbico» si cuestionaba a otro estudiante por vestir prendas asociadas a otro género.

Helen Joyce, directora de Sex Matters, ha declarado: "De vez en cuando, los extremos de la ideología de la identidad de género dan lugar a una historia que parece demasiado loca de creer, y expulsar  a un niño pequeño de la guardería por la llamada ‘transfobia’ u homofobia es un ejemplo de ello". 

"Lo peor es que este no es un caso aislado. Al parecer, 13 niños de cuatro y cinco años fueron suspendidos o expulsados ​​permanentemente de la escuela por la misma razón".