Lunes 22 de enero: fue el gran día del ministro de Asuntos Exteriores, o así, de toda la Unión Europea, el leridano Pepe Borrell. Tras haber introducido a su hombre de confianza, Camilo Villarino, en la Casa Real, don José pretende pasar como el pacificador de la Guerra Israel-Palestina, en una mezcla de vanidad y chifladura.

La verdad es que la solución no ha resultado muy original: dos Estados. Pero hombre, eso ya lo inventó Naciones Unidas en 1948, en la constitución misma del Estado de Israel y fueron los palestinos quienes lo rechazaron y los judíos quienes lo aceptaron. Y luego, los palestinos volvieron a impugnarlo, en 1967 y en 1973, y ahora mismo no lo aceptan ni la mitad de los cisjordanos ni el 100 por 100 de los gazanos, ni la Autoridad Nacional Palestina ni, por supuesto, Hamás.

El intento de Borrell servirá para poco. Europa no ha pagado su precio de sangre en Israel así que poco pinta, por no decir nada. Ni tan siquiera Estados Unidos, que sí lo ha pagado y lo está pagando, es atendido por Netanyahu, el sionista

Pero con qué empaque lo presenta Pepe Borrell, como si fuera el primero que lo ha hecho.

Vamos por partes: de entrada, Borrell apuesta por los dos Estados... días después de asegurar que Israel es el creador de Hamas. Así, sin anestesia. Es decir, que Borrell practica el viejo chiste: "Oye cara-culo, ¿tienes el libro de cómo hacer amigos?

Ni que decir tiene que Borrell se olvida de los cristianos, es decir, de la constitución de Jerusalén como ciudad abierta para las tres religiones monoteístas. Porque de Tierra Santa estamos hablando. Es decir, la solución no es dos Estados sino dos Estados  y una ciudad abierta donde los cristianos, hoy condenados al éxodo, puedan vivir en paz.   

En cualquier caso, el intento de Borrell servirá para poco. Europa no ha pagado su precio de sangre en Israel así que poco pinta, por no decir nada. Ni tan siquiera Estados Unidos, que sí lo ha pagado y lo está pagando -a su manera, bombardeando desde el aire-, es atendido por Netanyahu... así que Europa, que encima juega a palestinos, sin distinguir entre palestinos pacíficos y palestinos violentos, no digamos.

La prensa progre occidental continúa haciendo el balance de muertos palestinos, que ya supera los 25.000. Una cifra terrible que oculta una realidad flagrante: el principal culpable de esas muertes inocentes no son los israelíes sino los palestinos, que primero asesinan y luego utilizan a sus hijos como escudo

La prensa progre occidental continúa haciendo el balance de muertos palestinos, que ya supera los 25.000. Una cifra terrible que oculta una realidad flagrante: el principal culpable de esas muertes inocentes no son los israelíes sino los palestinos, que primero asesinan y luego utilizan a sus hijos como escudo.

Por el momento, no veo a nadie enarbolando la opción correcta. Tampoco Netanyahu, desde luego, al que sólo el importa vencer como único medio para mantenerse en el poder. Netanyahu no es un judío es un sionista. Son dos cosas bien distintas. Pero eso ya lo sabíamos, ¿verdad?