El ciclo electoral nunca se detiene en Estados Unidos. Si bien el pasado mes de noviembre, Donald Trump se hizo con una aplastante victoria en las elecciones presidenciales que le trajo de regreso a la Casa Blanca, los estrategas de la formación republicana ya tienen la vista puesta en las elecciones de mitad de mandato que tendrán lugar el año que viene, donde se renueva la totalidad del Congreso, un tercio del Senado y 36 de los 50 ejecutivos estatales.

Y el trumpismo, que se encuentra en su momento de mayor poder e influencia, no quiere dejar pasar la oportunidad de garantizar que perviva el legado del presidente Donald Trump, que ya no podrá presentarse a un tercer mandato presidencial en 2028.

Así, cobran especial importancia las elecciones a gobernador de los relevantes estados de Florida y Ohio, lugares de residencia del presidente Trump y del vicepresidente JD Vance respectivamente. Estos dos estados, tercero y séptimo más poblados del país, fueron históricamente territorios clave, que decidían las elecciones presidenciales, y donde el margen de diferencia entre demócratas y republicanos era muy estrecho. Sin embargo, tras la irrupción en política de Trump, hace ya una década, se han convertido en feudos republicanos, y cuna de las principales estrellas del partido. Además de los propios Trump y Vance, relevantes integrantes de la segunda Administración Trump como el secretario de Estado, Marco Rubio, o la fiscal general, Pam Bondi, proceden de Florida como también influyentes líderes del partido como el senador por Ohio, Bernie Moreno, o el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

Y llegados a este punto, Trump ya ha anticipado los candidatos a los que apoyará de cara a las relevantes elecciones a gobernador en ambos Estados.

El gobernador Ron DeSantis culminará su segundo mandato el año que viene y no puede optar a la reelección, Trump ha apostado por el congresista Byron Donalds, uno de sus principales aliados en la Cámara Baja

En el caso de Florida, donde el gobernador Ron DeSantis culminará su segundo mandato el año que viene y no puede optar a la reelección, Trump ha apostado por el congresista Byron Donalds, uno de sus principales aliados en la Cámara Baja. Con orígenes humildes, antes de entrar en política, Donalds trabajó en el sector bancario. Su carrera política comenzó de la mano del movimiento Tea Party, y en 2016 fue elegido congresista estatal de Florida, y en 2021 llegó a Washington como congresista federal por el Estado del sol. De firmes convicciones conservadoras, a sus 46 años e impulsado por el trumpismo, aspira a convertirse en gobernador de uno de los Estados más relevantes del país.

Donalds se encuentra en buena posición de salida, dado que otros posibles candidatos para suceder a DeSantis, no se postularán. Es el caso de Ashley Moody, quien hasta el pasado mes de enero era fiscal general de Florida. Sin embargo, al haber ocupado el escaño en el Senado de Marco Rubio, tras su nombramiento como secretario de Estado, se presentará el año que viene para revalidar el asiento en la Cámara Alta. Otra posible candidata era la vicegobernadora de Florida Jeanette Núñez, pero acaba de renunciar al cargo al ser nombrada presidenta de la prestigiosa Universidad Internacional de Florida. Así, el principal rival que se puede encontrar en el camino es la primera dama de Florida, Casey DeSantis, dado que su marido ha afirmado que quiere que su esposa le suceda en el cargo, algo con lo que se lleva especulando desde hace tiempo, y que ha vuelto a reiterar esta semana afirmando que “Creo que ella es alguien que tiene la fortaleza y la dedicación a los principios conservadores. Todo lo que hayamos logrado, ella podrá llevarlo al siguiente nivel".

En Ohio, Trump ha mostrado su apoyo a uno de sus colaboradores más cercanos, el empresario Vivek Ramaswamy, quien si bien fue rival de Trump en las primarias presidenciales republicanas de 2024, fue uno de los primeros candidatos en abandonar la contienda y cerrar filas en torno a Trump

En Ohio, Trump ha mostrado su apoyo a uno de sus colaboradores más cercanos, el empresario Vivek Ramaswamy, quien si bien fue rival de Trump en las primarias presidenciales republicanas de 2024, fue uno de los primeros candidatos en abandonar la contienda y cerrar filas en torno a Trump. No obstante, el papel de Ramaswamy fue destacado, dado que brilló durante los debates por su firme postura contra la ideología woke y es uno de los candidatos más populares entre los jóvenes trumpistas. Con apenas 39 años y una fulgurante carrera empresarial, desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, ha ejercido como responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental junto con el magnate Elon Musk, y ahora aspira a la jefatura del ejecutivo del Estado donde nació y creció. La duda será el papel que juegue en la elección el gobernador saliente de Ohio, Mike DeWine, histórico miembro del partido que no podrá presentarse a la reelección y poco cercano a la órbita trumpista. Sin embargo, los planes de DeWine se vieron recientemente frustados, dado que pretendía que el hasta el mes de enero vicegobernador de Ohio, Jon Husted, le sucediera. Sin embargo, tras ser elegido J.D. Vance como vicepresidente, Husted fue designado para ocupar el escaño de Vance en el Senado. En todo caso, el otro gran candidato es Dave Yost, fiscal general de Ohio, también con perfil trumpista y con poca sintonía con DeWine, con lo que el decadente establishment histórico del partido perderá a uno de sus últimos cargos de relevancia.