En Turquía, el pasado miércoles 19 de marzo fue detenido y enviado a prisión preventiva el opositor Ekrem Imamoglu, acusado de supuesta corrupción y colaboración con el terrorismo por el régimen islamista de Recep Tayyip Erdogan.

Los seguidores de krem Imamoglu, que es también alcalde de Estambul y miembro del Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata), consideran que la detención de su líder se trata de una maniobra política de Erdogan para anular su ascenso político y que no pueda hacerle sombra al actual presidente Erdogan.

Y con tal motivo se han producido protestas en el país desde la semana pasada, que han sido duramente reprimidas por el régimen islamista de Erdogan:

Ayer domingo, el principal partido opositor en Turquía, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) celebró primarias en las que resultó elegido Imamoglu (aunque era el único candidato). 

Las próximas elecciones presidenciales en Turquía tendrán lugar en 2028. Pero Erdogan parece que quiere quitarse de encima a un importante rival político. 

Y todo esto está ocurriendo en Turquía ante el ominoso silencio de Occidente, tanto por parte de la UE como de EEUU. 

Y es que Erdogan, al ser miembro de la OTAN, se puede permitir chantajear a Occidente y hacer lo que le venga en gana, aunque sus modos y maneras sean plenamente dictatoriales...

En definitiva, Erdogan se comporta como lo que es, un fanático islamista.