Lo que ha pasado hoy en Europa es para tomar nota. No ha sido una jornada histórica sino una jornada histérica en tres escenarios: Estrasburgo, Francfort y Londres.

En el Parlamento europeo, la democristiana Von der Leyen (cristiana, de cintura para arriba y demócrata de cintura para abajo) ha sido reelegida presidenta de la Comisión de Europea por otros cinco años. Le han apoyado, ojo al dato, una super-mega-grossen -koalition, aquel experimento que los alemanes formaron entre democristianos y socialistas y que los españoles, con más sentido del humor que los teutones, calificamos como la 'groseen chorradem'. 

Pero lo de Alemania era coalición entre democristianos y socialistas, ente izquierda y derecha. Ahora, a esos dos grupos hay que añadir a los liberales y a los verdes. ¿Cristianos y marxistas, liberales y socialistas, verdes y conservadores?... ¡Prrrr! Esto no es el crepúsculo, sino el entierro de las ideologías... y hasta de las ideas. Ante todo, es el funeral de la coherencia.

Giorgia Meloni se negó a apoyar a doña Ursula, y ésta se ha estrenado con la irreverencia de que ninguno de los miembros de su gobierno se reunirá en Hungría, es decir, en el país que preside la Unión Europa este semestre, como es costumbre inveterada en Europa. Todo esto con un discurso de investidura donde asegura que se dispone a luchar contra la polarización asfixiante que reina en Europa. Consuélense: no sólo en España. ¡Toma ya!

¿Cristianos y marxistas, liberales y socialistas, verdes y conservadores?... ¡Prrrr! Esto no es el crepúsculo, sino el entierro de las ideologías... y hasta de las ideas

En Francfort, Christine Lagarde mantenía los tipos de interés en el 4,25% mientras el coste de la vida continúa disparado en Europa, porque disparada es una inflación del 3% si dura tres años con los alimentos y otros productos de primera necesidad, acumulando subidas por encima del 50%.

En plata: que el endurecimiento del coste del dinero no ha servido para rebajar los precios, porque estamos ante una inflación de oferta, que no de demanda y ese tipo de subidas de precios no se soluciona elevando los tipos sino produciendo más bienes y servicios, en orden a la vieja ley de la oferta y la demanda. Y ahí, la política monetaria poco puede hacer. 

Al mismo tiempo con cinco años de tipos al alza, algunos países empiezan a sufrir para pagar la deuda pública. Por ejemplo, España, mientras toda Europa se ve abocada a reducir gasto, en otras palabras, a reducir su sagrado Estado del Bienestar.

Von der Leyen ha sufrido el Brexit y, sobre todo el desapego de millones de personas del ideal europeo. Una mujer sin convicciones que se acerca a los socialistas y los mezcla con los liberales, además de darle un toque verde. Es decir, una mujer que nada en la contradicción y la contradicción es el camino más seguro hacia el fracaso. 

Mientras, Sánchez se va a Londres para autonominarse abanderado de la lucha contra la desinformación en Europa. O así, que dijo un vasco. 

Vivimos en la Europa de dos fracasadas; Úrsula von der Leyen y Christine Lagarde.

La italiana Giorgia Meloni, se ha negado a apoyar a Von der Leyen, porque no quiere saber nada con una macedonia como la triunfante hoy en Europa, en la que abundan los sandías: verdes por fuera y rojos por dentro.

Pero, además de Estrasburgo y Francfort todavía quedaba un foco de interés. Sánchez no se resiste a ser el centro de atención, así que aprovechó para viajar a Londres y entrevistarse con el ministro británico Keir Starmer. Una conferencia de lideres europeos con la que 'narciso' Sánchez contraprogramaba a Estrasburgo y Francfort con el hombre del Brexit, el inglés Starmer y que aprovechaba para autodenominarse abanderado de la lucha contra la desinformación en Europa. 

Es decir, que España impondrá la censura de prensa para que no se metan con su esposa pero pretende elevar su plan contra la desinformación a toda Europa, para "defender a los periodistas" de los pseudoperiodistas.

Sánchez el ególatra.

Ursula y Christine: dos tecnócratas fracasadas gobernarán la fracasada Europa... pero siempre nos quedará Sánchez para salvarnos del bulo.

Por cierto, la alternativa a este pandemonio europeo no es otra que la vuelta a los orígenes: Europa sé tú misma, recupera tus raíces cristianas, dijo un tal Karol Wojtyla en Santiago de Compostela. Bueno,  la solución a Europa también está en la lucha contra la desinformación, de don Pedro Sanchez Pérez-Castejón.