Cuidado Joe, cargarse la libertad te puede hacer perder la Casa Blanca
Continúa la batalla por la libertad en Estados Unidos. Si en nuestra última crónica, analizábamos que Texas desafiaba a la Casa Blanca anunciando que no impondría la vacunación obligatoria en el Estado, ahora el gobernador texano, el republicano Greg Abbott, redobla su apuesta contra la política liberticida de Joe Biden. En una entrevista, ha efectuado la siguiente reflexión: “¿Dónde termina esto? ¿Va a estar la gente obligada a vacunarse cada año por obligación del gobierno federal por el resto de su vida?”. En un tono más positivo, Abbott ha manifestado que “confía en que su orden ejecutiva prohibiendo que cualquier entidad empresarial de su Estado pueda establecer mandatos de vacuna obligatoria, tanto para empleados como para clientes o consumidores, pueda prevalecer en los tribunales sobre la medida de vacunación obligatoria emitida por la Administración Biden para empresas de más cien trabajadores”.
Crece la oposición a la vacunación forzosa, entre políticos pero también entre empresarios
Mientras tanto, una semana más, siguen creciendo los apoyos entre el Partido Republicano a Abbott. En la Cámara Alta, el senador republicano por Oklahoma, Jim Inhofe, expresidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, ha exigido al Pentágono que retire la obligación de vacunación obligatoria para todo el personal civil y militar del Ejército.
En el sector aéreo, al CEO de la aerolínea Southwest Airlines, que afirmó que él estaba en contra de obligar a sus empleados a vacunarse contra el Covid, se une el CEO de Delta Airlines, Ed Bastian, quien en declaraciones en Fox News, ha afirmado que el mandato de vacunación obligatoria adoptado por la Administración Biden es “divisivo”.
En el plano deportivo, donde si la semana pasada contábamos que la NBA está suspendiendo a los jugadores reacios a vacunarse, esta semana se ha conocido que Nick Rolovich, entrenador jefe de fútbol americano de la Washington State University, y sus cuatro asistentes han sido despedidos por negarse a vacunarse.
En la ciudad de Chicago, donde el jefe de uno de los principales sindicatos del Departamento de Policía de la Ciudad advertía que las fuerzas policiales podrían reducirse a la mitad de su capacidad cuando entre en vigor el mandato de vacuna o test obligatorio para los agentes de policía, la alcaldesa Lori Lightfoot, ha acusado al sindicato policial de instigar una “insurrección”.
La advertencia de los agentes de Chicago ha resultado especialmente clarividente, por cuanto en el Estado de Washington, 127 funcionarios de la Patrulla Estatal, el cuerpo de policía del Estado, han renunciado a sus puestos por los mandatos de vacunación obligatoria.
Pese a la contestación social de las medidas adoptadas por la Casa Blanca, el nivel de chulería del “Fernando Simón” estadounidense, Anthony Fauci, Director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y Asesor Médico Jefe del Presidente Biden, no ha disminuido y ni corto ni perezoso ha señalado en una entrevista que “Debido a la pandemia, me encuentro muy cómodo diciéndole a la gente lo que tiene que hacer”.
Todo ello repercute en la popularidad del presidente Biden, que alcanza el mínimo de su presidencia y de conformidad con Real Clear Politics, que efectúa una medida de todos los sondeos de valoración, la aprobación de la gestión del presidente es de apenas un 42,9%, por un 51,4% de desaprobación. Un índice de aprobación que, no obstante, algunas firmas demoscópicas como Selzer&Company, en colaboración con el Grinnell College lo reducen a apenas un 37%. Este sondeo es especialmente interesante porque valora el mandato de Biden en diversos temas y destaca especialmente el suspenso que recibe Biden en la gestión de la economía, donde solo un 36% de los americanos aprueba su trabajo, por un 53% que lo valora negativamente y en política de inmigración, donde solo un 27% aprueba su función, por un 58% que suspende al presidente.
Solo un 36% de los americanos aprueba la política económica de Biden. En inmigración, el 27%
Se trata de unas cifras lamentables para un presidente en su primer año de mandato, máxime teniendo en cuenta que goza de la protección de la progresía mediática en todos los ámbitos.
Otro problema adicional para Biden, es que la oposición a estas medidas empieza a crecer no sólo en Estados republicanos sino también en feudos progresistas. Así, en el Estado de Illinois, el sistema de salud comienza a tener un grave problema de falta de personal, como consecuencia de los mandatos de vacunación en los hospitales.
Y en la muy progresista California, empieza a existir un germen de protesta. Así, se ha conocido que la muy célebre cadena de comida rápida In-N-Out Burger, conocida por sus deliciosas hamburguesas -que animo a todos los lectores a que, si tienen ocasión, las prueben- y que cuenta con 358 establecimientos en todo EEUU, ha anunciado que el Ayuntamiento de San Francisco les ha obligado al cierre de su local en la ciudad, por negarse a aceptar que sus empleados tuvieran que exigir el certificado de vacunación a los clientes. Valiente decisión por parte de In-N-Out, a pesar del grave perjuicio que supone para la cadena.
Cuidado Joe, cargarse la libertad te puede hacer perder la Casa Blanca.