El tribunal del jurado que ha enjuiciado el primer caso de la farsa de la trama rusa ha consumado la infamia, al absolver al abogado de la campaña de Hillary Clinton, Michael Sussmann, acusado de falso testimonio al FBI.

Una decisión especialmente polémica, dada la contundencia de las pruebas aportadas en el juicio por el equipo del Fiscal Especial para el Departamento de Justicia, John Durham. Como contó Hispanidad, la Fiscalía fue especialmente dura contra Sussmann, al que acusó de utilizar al FBI como una “herramienta política” y “manipularlo” en la víspera de las elecciones presidenciales de noviembre de 2016 para crear una “sorpresa de octubre”, contra el entonces candidato presidencial republicano, Donald Trump. Según la fiscalía, el plan del letrado de la campaña de Hillary Clinton tuvo “un resultado exitoso”, por cuanto los medios de comunicación compraron el discurso de la trama rusa y de la supuesta influencia de la Rusia de Putin para favorecer a Trump en las elecciones.

Durante el juicio, la falsedad del testimonio del letrado demócrata había quedado sobradamente acreditada. En primer lugar, por la declaración del agente del FBI Scott Hellman, que manifestó que “no estábamos de acuerdo con la conclusión de que existía un canal de comunicación secreto entre Donald Trump y el Kremlin…Quienquiera que hubiera escrito eso llegó a conclusiones que no estaban acreditadas con datos… No había datos ni pruebas para alcanzar la conclusión de que existiera una comunicación secreta o, en general, cualquier comunicación entre la Organización Trump y Rusia”.

El expresidente Donald Trump, ha denunciado la corrupción del sistema judicial estadounidense

También resultó demoledor el testimonio del asesor general del FBI, James Baker, a quien Sussmann presentó la información falsa sobre los vínculos entre Trump y Rusia. Baker confirmó que “no hubiera aceptado reunirse con Sussmann si hubiera conocido que este actuaba en representación de la campaña de Hillary Clinton”. Baker confirmó que, en la reunión, Sussmann presentó la información falsa acerca de la existencia de “aparentes comunicaciones secretas con el Alfa Bank, del cual afirmó que estaba ligado al Kremlin en Rusia y a la Organización Trump en EEUU”.  Y lo más importante, Baker apuntaló el carácter delictivo de la actuación de Sussmann, al afirmar que, precisamente el hecho de que el abogado mintiera, negando cualquier vínculo profesional, fue lo que llevó a que se le considerase como un confidente secreto del FBI, dado que la agencia le trató como un denunciante anónimo e independiente que estaba poniendo en conocimiento unos hechos presuntamente delictivos.

A pesar de la rotundidad y acreditación de las acusaciones contra Sussmann, la condena no estaba asegurada, por cuanto, como informaron el diario New York Post y Just the News, existían notables dudas, tanto de la imparcialidad del juez como de los propios jurados que integraban el tribunal, entre los que había donantes de la campaña de Hillary Clinton y simpatizantes demócratas. El rotativo neoyorquino cuestionó la “sorprendente decisión” de que, en un juicio, donde se dilucida el espionaje de la campaña de Hillary Clinton a Donald Trump y la utilización del FBI por los demócratas para crear la farsa de la trama rusa, el juez admitiera como miembros del jurado a donantes de la campaña de Hillary Clinton y a simpatizantes demócratas.

Y las sospechas no eran infundadas. A pesar de las contundentes pruebas, el jurado ha optado por declarar la inocencia de Sussmann.

El expresidente estadounidense Donald Trump, principal víctima de la farsa de la trama rusa, ha denunciado la corrupción del sistema judicial estadounidense

En la misma línea que el expresidente, especialmente demoledora ha sido la reflexión sobre el fallo de Brett Tolman, ex fiscal federal. Ahondando en la falta de imparcialidad del jurado y su estrecha vinculación con los demócratas, en declaraciones a Newsmax Tolman, ha afirmado que “los americanos no deberían estar sorprendidos porque un tribunal de la capital federal Washington DC decida en base a su afiliación política, en lugar de conforme a la ley”. Ha justificado su parecer señalando que “si analizas los hechos del caso, que son abrumadores, para no condenar necesitas un jurado que realmente desee ignorar la evidencia y la ley”. Ha recordado también que, a la hora de elegir a los miembros del jurado, debe procurarse su imparcialidad, y ha considerado sorprendente que se admitiera como miembros del jurado a donantes de la campaña de Hillary Clinton. También ha reflejado la dudosa aptitud de otros miembros, como la mujer cuya hija estaba pertenecía al mismo equipo que la hija del acusado Michael Sussmann. 

Cabe recordar que la capital federal Washington D.C. es uno de los principales feudos históricos del Partido Demócrata, donde apenas existe el Partido Republicano. En las últimas elecciones presidenciales, Biden recibió el 92,1% de los votos, por apenas un 5,4% que votó a Trump.

Este punto ha sido destacado por el comentarista de Fox News, Joe Concha: “Es un hecho, Donald Trump obtuvo un 5,4% de los votos en Washington DC en 2020. Es un hecho que el jurado iba a ser favorable al abogado de la campaña de Hillary Clinton, y el fallo no es sorprendente, dado que en el propio jurado había donantes de la campaña de Hillary Clinton. Se lo digo, la fe en nuestras instituciones ha recibido otro gran golpe. Es frustrante ver, que tienes un hombre que difundió una mentira al FBI y que luego le factura a la campaña de Hillary Clinton la reunión donde propaga esa falsedad. ¿Qué más pruebas se necesitan? El jurado estaba predispuesto para emitir un veredicto de no culpabilidad”.

La falta de imparcialidad y la politización del jurado se confirma por los propios hechos, y acredita que la esencia del progresismo es la impunidad. Tras emitir la deliberación y el fallo, la presidenta del jurado ha hecho declaraciones, algo realmente inusual, manifestando que “ni siquiera creo que Sussmann debería haber sido juzgado. Hay cosas más importantes que afectan a la nación que una posible mentira al FBI”. Llamativas declaraciones de quien ha enjuiciado uno de los mayores escándalos políticos de la historia estadounidense.

Día triste para la democracia, una vez más el progresismo demuestra el control que ejerce sobre las instituciones en la primera potencia mundial.