Doña Ursula era una señora de derechas pero ahora se nos ha vuelto progre-capitalista. O sea, de la nueva derecha
La Comisión Europea de Ursula Von der Leyen consiguió el apoyo del Europarlamento, el único órgano europeo que por su elección popular otorga categoría de democracia al resto de órganos europeos, y lo consiguió con un apoyo escaso. Es más, Von der Leyen, la presidente, ha caído en la trampa -quizás quería caer- de considerar que todo lo que no sea los dos grupos mayoritarios de la cámara, los de siempre, los de la postguerra mundial, es ultraderecha. Bueno, los comunistas no, que ahora o son verdes o son socialdemócratas.
En cualquier caso, ya hay Comisión Europea, que gobierna pero manda poco, porque los que mandan son los copresidentes de cada país cuando se reúnen en Consejo Europeo.
Von der Leyen, Europa camina hacia el compromiso histérico entre socialistas y populares, el PPE. Es decir, entre marxistas y democristianos. Naturalmente, medio continente, y sobre todo la Europa cristiana, que nada tiene que ver con el Partido Popular Europeo (PPE) se resiste a tragar con esta esquizofrenia de Ursula Von der Leyen. Será una comisión aún más débil que la anterior pero, sobre todo, se está diciendo algo terrible; en Europa, todo lo que no sea los dos corrompidos partidos socialista y democristiano, es ultraderecha y lo democrática es crea una cinturón sanitario, es decir, un ninguneo. Por ahora se le permite a la ultraderecha presentarse a las elecciones pero poco más. Y en el futuro ya veremos.
Ahí Dolors Montserrat del PP aplaudiendo a Von der Leyen toda eufórica mientras nombra a Teresa Ribera comisaria y vicepresidenta de la Comisión Europea.
— Paula (@paularguez) November 27, 2024
¡Qué vergüenza de partido! pic.twitter.com/mVsGzPfdAH
Sí, será una Comisión débil porque cada día son más los europeos que, o bien no quieren comulgar con ruedas de molino o simplemente no entienden de qué va el compromiso histórico, más bien histérico, entre la derecha y la izquierda: ¿es compatibilidad o incoherencia'
Y es que doña Ursula era una señora de derechas pero ahora se nos ha vuelto progre-capitalista. O sea, de la nueva derecha.
Esta Comisión no va a hacer Europa.