Sánchez, entre Mohamed y Puigdemont
Hace apenas una semana volvía a saltar la polémica cuando Rabat decía en la ONU que no tiene fronteras terrestres con España y que Melilla (60% de población musulmana) es un "presidio ocupado". Sánchez lo solucionaba rápido y con determinación: "Ceuta y Melilla son españolas", fue toda su respuesta, ¿Por qué? Porque lo dice él, en su línea de fuerte con el débil y débil con el fuerte. Aún se escucha a Mohamed VI riéndose de don Pedro. Y las risas van en aumento ahora que sale el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y dice que Ceuta y Melilla "son tan españolas" como Bilbao, Huelva, Badajoz o Cáceres, también porque él lo dice y no hay más que hablar.
Pues bien, unos días han pasado desde esto y empezamos la semana con la alerta en todos los medios, "Un salto a la valla a la vuelta de la esquina" informa el Faro de Melilla, "Migrantes, sobre todo sudaneses, se están concentrando en los últimos días en las inmediaciones del monte Gurugú, en ciudades como Berkane y Oujda, con la intención de saltar al valla de Melilla".
La teoría del medio es clara: "Casualmente, esta noticia empieza a moverse cuando sabemos que solo quedan 40 personas alojadas en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla. Estos números, como es lógico, hacen peligrar los empleos en el CETI". A lo que hay que añadir que esta táctica es ya una de las clásicas de Mohamed VI: usar a las personas como hombres bala contra España, personas que ante todo apoyan a Marruecos, porque aunque lleven décadas huyendo de la miseria y tiranía del señor Mohamed, son fieles a su rey y odian a España, cordialmente, eso sí.
A la hora de realizar este artículo aún no se ha producido el salto y se cifra en cerca de 5.000 personas las que están apostadas en la valla, en su mayoría sunadeses, Sudán está a 4152 Km de Melilla, y digo yo, señor Mohamed, ¿no se podría haber detenido antes a esas 5.000 pesonas? Que veo yo mucha casualidad que en más de 4000 Km de Sudán a Melilla, pasando por Marruecos, no hayan sido detenidos y hayan podido llegar a la valla.
Y de postre, la exministra socialista de Vivienda María Antonia Trujillo, que sigue empeñada en el reivindicación de la soberanía de Marruecos sobre Ceuta y Melilla, según Trujillo "está plenamente justificada" porque "está en su ideario nacional y es irrenunciable".
Pero lo de Trujillo vuelve a no ser más que una anécdota, aunque molesta. Lo importante es esto: la hora del enfrentamiento con nuestro "gran vecino y amigo del sur" se acerca, Sánchez no puede seguir mirando para otro lado y dándole concesiones a Marruecos: debe aclarar a qué pacto llegó con Mohamed y cuáles son las consecuencias. Y más, se acerca la hora de cerrar las bases militares norteamericanas en el sur de España y hay que centrar las tropas de defensa del Ejército español en la defensa del eje Canarias-Baleares. Pero en Hispanidad ya lo hemos dicho, Sánchez vendió el Sáhara, con Ceuta y Melilla incluidas, a Marruecos y el siguiente paso es desmilitarizar ambas ciudades autónomas. A sus pies, Mohamed.