No sé si les he contado el chiste oficial de los psicólogos. Dos amigos se encuentran en la calle después mucho tiempo:

-Hombre, Julián, ¿cómo te van las cosas?

-Pues fatal, chico.

-¿Y eso?

-Pues mira, como sabes, tengo 40 años... y todavía sufro de incontinencia, vamos, que me sigo orinando en los pantalones.

-Pues sí que es un problema. Yo lo que te recomiendo es que te vayas al urólogo y te pongas en tratamiento. 

Ahí queda la cosa y pasados seis meses vuelven a encontrarse.

-¿Qué tal, Julián?

-Mucho mejor, y todo gracias a ti.

-¿Y eso?

-Pues que seguí tu consejo, me fui al psicólogo y me puso en tratamiento.

-No, no, yo te dije que te fueras al urólogo, no te dije al psicólogo.

-Anda, pues te entendí mal y me fui al psicólogo.

-Bueno ¿y qué? ¿Ya no te haces pis en los pantalones?

-Sí, ahora me lo hago igual que antes... ¡pero ya no me importa!

Es el chiste oficial de facultades de psicología pero, a partir de ahora, el chiste se llamará Gabriel Rufián, que todo él es un chiste.

No me invento nada. Además, recuerden que Rufián, como su mismo nombre indica, es un progresista de tomo y lomo y el progre siempre camina, directamente, hacia la chifladura.

Acceder a una atención psicológica, -por supuesto en la sanidad pública, que si es privada no cura- es un problema prioritario de todos los españoles

Vamos con los hechos. Oído el pasado miércoles, en la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, está molesto. Se le ve que sufre desarrollando su paripé, que consiste en lo de siempre: primero amenaza con las penas del infierno a un cansino Sánchez y luego vota a favor de los presupuestos de Sánchez.  

Ojo al dato, porque esta vez Rufián, como su mismo nombre indica, se ha superado: "No hay derecho -exhaló- a que, en algún momento de su vida, toda mujer odie mirarse al espejo". Y claro, eso no puede ser, no hay derecho.

Ahora usted, pedazo de fascista, pensará que el portavoz de ERC para poner coto a tamaña tragedia ha propuesto destruir los espejos de todo el paìs. Pero no, la solución a la inconmensurable tragedia de las mujeres que odian mirarse al espejo se soluciona con un plan Integral de Salud Mental

Afortunadamente, tenemos un Gobierno que vela por nosotros

Está claro: necesitamos un ejército de psicólogos para mejorar la salud mental... ¡y evitar los suicidios! Pero también para evitar que una mujer se odie a sí misma que sé yo por qué. Además, si se odia a sí misma incurrirá en delito de odio, castigado con hasta cuatro años de cárcel. ¿Ven cómo el asunto es grave?

La clave de Rufián consiste en el libre acceso a una atención psicológica -por supuesto en la sanidad pública, que si es privada no cura-, todo un problema prioritario para los españoles. Afortunadamente, tenemos un Gobierno que vela por nosotros. 

¡Españoles, la patria está en peligro! ¡Acudid al psicólogo! Al psicólogo Lufián.

gabliel lufián