Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, chulísima, madrugadora y perseguidora del empleador
Yolandísima está en campaña: acaba de registrar su marca, y tiene que sacar la artillería pesada. Ya nos dijo que madrugaría para poder seguir trabajando por España y ahora avisa a las empresas: lanzará la semana que viene una campaña de la Inspección de Trabajo para vigilar el fraude en los fijos discontinuos.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, lo anunciaba el pasado miércoles durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso. Díaz ha señalado que los contratos fijos discontinuos son “indefinidos” y tienen “plenitud de derechos”. Pero pese a ello, se preocupa, y comenzará una campaña contra los posibles fraudes en la firma de los contratos indefinidos.
Como ya es costumbre, la ministra miente: no, los fijos discontinuos no son indefinidos. Su chulísima reforma laboral lo único que ha hecho es transformar los contratos temporales en fijos discontinuos, que cuentan como fijo pero que son igual de precarios o más que un contrato temporal.
Si en abril de 2018, cuando Sánchez se hizo con el poder, se firmaron 22.300 nuevos contratos fijos discontinuos, en el mismo mes de 2022 se han suscrito 238.700. Los datos también muestran que más de la mitad del empleo indefinido creado en abril, un 51%, es a tiempo parcial o fijos-discontinuos.
Los contratos fijos-discontinuos se utilizan para trabajos que son estables, pero que se desarrollan de forma intermitente en el tiempo. Se trata de un contrato con fecha de inicio pero no de finalización, así se trabaja unos meses, aquellos en los que se concentra el empleo en su sector, y cuando se terminan van al paro, aunque figurarán como demandantes de empleo no desempleados.
Es decir, el trabajador es contratado durante una temporada, la que sea necesaria sin mínimo ni máximo temporal, y después se va al paro, cobrando el paro, pero sin figurar como parado. Vamos que lo que hace la ministra es blanquear los datos de desempleo, porque no se contabilizarán desempleados. Y más, se dice abanderada de la lucha contra la precariedad, pero ¿cómo viven esos trabajadores los meses que no están trabajando? Porque no se puede mantener una familia con el subsidio por desempleo.
Pero el Gobierno lo vende como una caída histórica de la temporalidad y la precariedad, pero se olvidan de la estacionalidad propia de sectores como la agricultura, la construcción y el turismo.
Y la solución es clara, se trata de quitar burocracida y reducir el mapa laboral a un sólo contrato, indefinido, con indemnización pactada de antemano y de suprimir las cuotas sociales, que es lo que provoca la economía sumergida.
Pero la ministra chulísima y madrugadora, sigue con su sutil estrategia: perseguir al creador de empleo y crear paro. La dama roja, de abanderada de la lucha contra la precariedad laboral, a perseguidora del empleador.