Si experimentas síntomas como debilidad muscular, dolor persistente, o pérdida de sensibilidad, es vital consultar con un especialista. Y es que los nervios periféricos son los responsables de conectar el sistema nervioso central con el resto del cuerpo, de manera que cuando son dañados, ya sea por lesiones traumáticas, enfermedades, o por compresión, pueden presentarse síntomas como dolor, entumecimiento, y pérdida de función motora.

Dr. Carlos Dolz Jordi

 

“El sistema nervioso es una red compleja que incluye el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), y el sistema nervioso periférico, encargado de transmitir información entre el cerebro, la médula espinal, y el resto del cuerpo. Cuando los nervios periféricos sufren daños, las consecuencias pueden ser debilitantes, afectando a la movilidad, a la sensibilidad, y a las funciones autónomas”, explica el doctor Carlos Dolz, experto en el tratamiento de lesiones nerviosas periféricas en el Hospital El Pilar de Barcelona.

El sistema nervioso es una red compleja que incluye el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), y el sistema nervioso periférico, encargado de transmitir información entre el cerebro, la médula espinal, y el resto del cuerpo

En concreto, indica que los síntomas más frecuentes de una lesión en los nervios periféricos pueden variar en función de cuáles sean los nervios afectados:

  • Nervios motores: debilidad muscular y perdida de fuerza; calambres y contracciones dolorosas.
  • Nervios sensitivos: Hormigueo o entumecimiento en extremidades; problemas de equilibrio y de coordinación; dolor agudo con cambios de temperatura.
  • Nervios autonómicos: Sudoración excesiva; cambios en la presión arterial; intolerancia al calor, y problemas gastrointestinales.

Prevenir estas lesiones, según prosigue, puede ser complicado debido a sus diversas causas. Sin embargo, sí ve fundamental buscar atención médica temprana ante síntomas sospechosos. “Un diagnóstico y un tratamiento a tiempo pueden marcar la diferencia en la recuperación”, advierte.

Entre las posibles causas de las lesiones de los nervios periféricos se encontrarían traumatismos, enfernedades sistémicas, tumores o compresión nerviosa

Éstas pueden ser sus posibles causas

 

 

Este especialista en Traumatología y Cirugía ortopédica insiste en que “los nervios dañados pueden dejar de transmitir correctamente los mensajes al cuerpo, provocando limitaciones significativas en la vida diaria”.

Así, y entre las posibles causas de las lesiones de los nervios periféricos se encontrarían, tal y como detalla este doctor:

 
  1. Traumatismos: Accidentes, caídas, y lesiones deportivas que estiran, comprimen, o cortan los nervios.
  2. Enfermedades sistémicas: Diabetes, síndrome de Guillain-Barré, polineuropatías.
  3. Tumores: Tanto benignos, como malignos.
  4. Compresión nerviosa: Como el síndrome del túnel carpiano, síndrome del túnel cubital, síndrome de compresión nervio ciático, síndrome del opérculo torácico, etc.


El diagnóstico

Para diagnosticar correctamente una lesión de los nervios periféricos, este traumatólogo resalta que el especialista puede llevar a cabo las siguientes pruebas:

  1. RX: Permite descartar lesiones del esqueleto que pudieran ser causa de la lesión nerviosa.
  2. Electromiografía (EMG): Mide la actividad eléctrica en los músculos.
  3. Estudio de conducción nerviosa: Evalúa la velocidad de las señales eléctricas en los nervios.
  4. Imágenes por resonancia magnética (IRM): Para completar el diagnóstico clínico y observar daños detallados.
  5. Ecografía: Identifica daños en estructuras nerviosas.

Actualmente hay varias líneas de tratamiento

Con todo ello, el doctor Carlos Dolz, experto en el tratamiento de lesiones nerviosas periféricas en el Hospital El Pilar de Barcelona, subraya que el tratamiento a seguir en estos casos dependerá de la gravedad y de causa de la lesión:

1. Tratamiento médico: Antiinflamatorios y antineuríticos; medicamentos para controlar el dolor nervioso.

2. Terapias de rehabilitación: Fisioterapia para mejorar la movilidad; aparatos ortopédicos o férulas para mantener la postura adecuada.

3. Cirugía: Reparación microquirúrgica para liberar nervios comprimidos, reconectar nervios cortados; injertos de nervios cuando no es posible la reparación directa; cirugías paliativas como transferencias de tendones, o músculos para restaurar funciones.