Los huevos, el pescado azul, los frutos secos como las avellanas o las almendras aportan calcio, fosforo, magnesio, potasio y vitamina D
El esqueleto humano da forma y soporte al cuerpo, permite el movimiento de muchas maneras diferentes y protege los órganos internos. Se compone de 206 huesos que crecen y cambian constantemente a lo largo de la vida. Para el buen desarrollo y crecimiento de los huesos, el cuerpo necesita calcio además de vitamina D y otros nutrientes para que funcionen correctamente, sin olvidar el ejercicio para mantener una buena salud ósea. Los huesos están compuestos de proteínas, colágeno y minerales, sobre todo de calcio que hace que el hueso se mantenga duro y fuerte.
El colágeno proporciona flexibilidad para que el hueso pueda resistir las posibles fracturas. Están formados por una capa externa dura y densa llamada hueso compacto o cortical. La capa interna es menos densa y tiene forma de rejilla, se denomina hueso esponjoso o trabecular y está rodeado de médula ósea.
Los huesos están formados por tejido vivo que cambia constantemente, eliminando el tejido óseo viejo y reemplazándolo por tejido óseo nuevo, este proceso se conoce como remodelación ósea. En la remodelación intervienen tres tipo de células: los osteoclastos, que degradan, reabsorben y remodelan el hueso; los osteoblastos que depositan el colágeno en la superficie del hueso que se ha reabsorbido para así formar hueso nuevo y los osteocitos, que son las células principales del tejido óseo y controlan a las otras células para que produzcan o no hueso nuevo.
La osteoporosis se caracteriza por la pérdida del tejido óseo normal y por tanto, la disminución de la densidad y la resistencia de los huesos que se vuelven más porosos, más delgados y frágiles
La remodelación ósea varía con la edad, en niños y adolescentes el cuerpo forma más hueso del que absorbe, los huesos se van volviendo más grandes, densos y pesados según van creciendo y a medida que se envejece, y se tienen enfermedades, la remodelación se desequilibra, el cuerpo quita más hueso del que repone y por lo tanto, se vuelven más débiles y frágiles y pueden sufrir ciertas enfermedades, como la osteoporosis.
La osteoporosis se caracteriza por la pérdida del tejido óseo normal y por tanto, la disminución de la densidad y la resistencia de los huesos que se vuelven más porosos, más delgados y frágiles. Por este motivo, no soportan los traumatismos que puedan ocurrir y se fracturan con facilidad. Las fracturas que se producen con mayor frecuencia como consecuencia de la osteoporosis, se localizan en la cadera, la muñeca o las vértebras. “Una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura en su vida provocada por esta enfermedad, pero la cifra puede disminuir si modificamos nuestro estilo de vida para fortalecer los huesos” explica Lourdes de la Bastida, nutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba.
Los huesos están formados por tejido vivo que cambia constantemente, eliminando el tejido óseo viejo y reemplazándolo por tejido óseo nuevo, este proceso se conoce como remodelación ósea
La osteoporosis no produce síntomas
La osteoporosis no produce síntomas, no duele ni provoca ninguna alteración, salvo que haya fractura, de hecho, se producen cerca de nueve millones de fracturas al año en el mundo como consecuencia de esta enfermedad, condicionando así los síntomas en los pacientes. Tampoco se conocen las causas que la producen, en una gran mayoría de casos, pero si existen factores de riesgo que aumentan las probabilidades de padecer osteoporosis. “Tener un peso corporal inadecuado tanto por exceso como por defecto, la ingesta deficitaria de minerales para reforzar el hueso como calcio, fósforo o magnesio y poca vitamina D que ayuda a absorber minerales y depositarlos en el hueso, además es muy importante hacer ejercicio físico de forma regular, evitar el sedentarismo para fortalecer la musculatura y así conseguir una correcta salud ósea”, apunta la nutricionista.
Es muy importante, durante la menopausia, durante el crecimiento y desarrollo de los niños y adolescentes, y para las personas de edad avanzada, llevar una dieta saludable, basada en la dieta mediterránea
La osteoporosis puede afectar a cualquier persona en cualquier edad, pero con el paso de los años, los huesos se debilitan, se va perdiendo masa ósea y se tiene más probabilidades de sufrir esta enfermedad, por eso es más frecuente en personas mayores de 70 años y en mujeres post-menopáusicas. En la menopausia, los ovarios producen poca cantidad de estrógenos, que ayudan a proteger la densidad ósea por lo que suele ser una etapa con riesgo de padecer osteoporosis.
Por eso es muy importante, en esta etapa de la vida de las mujeres, durante el crecimiento y desarrollo de los niños y adolescentes, y en las personas de edad avanzada, llevar una dieta saludable, basada en la dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales, pescados, carne no procesada, huevos y aceite de oliva virgen como fuente de grasa principal para cocinar los alimentos. Además de reducir el riesgo de padecer osteoporosis, también se pueden evitar otros problemas de salud como enfermedades cardiovasculares o diabetes.
El consumo de productos lácteos fermentados como los yogures o quesos, “se asocia con un menor riesgo de fractura de cadera, ya que cada vez más, estudios establecen que la composición y función de la microbiota intestinal desempeña un papel relevante en el equilibrio óseo y mineral” añade la nutricionista. Los huevos, el pescado azul, los frutos secos como las avellanas o las almendras, así como las semillas de sésamo, aportan calcio, fosforo, magnesio, potasio y vitamina D, nutrientes fundamentales para el desarrollo y mantenimiento del tejido óseo. Además de los lácteos y los frutos secos, hay otros alimentos que tienen un gran contenido de calcio como las verduras de hoja verde como el brócoli, la rúcula o la col rizada así como algunas legumbres como las alubias, la soja y los garbanzos.
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