El Covid-19 ha provocado también que la salud mental cobrara gran protagonismo, de hecho, el 87% de los profesionales del mundo la considera ahora como una de sus preocupaciones en la vida laboral
A finales de 2019, en China se empezó a hablar del Covid-19, y desde allí se fue expandiendo a todo el mundo hasta el punto de que el 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaró como pandemia y unos días después hasta España declaró el estado de alarma. Se acaban de cumplir dos años de aquello, pero aún no ha llegado una recuperación total ni el fin de la pandemia, que está siendo un antes y un después para la salud mental. Es más, la OMS estima que en 2030 la salud mental será la principal causa de discapacidad en el mundo.
Hasta ahora, el Covid-19 ha dejado unos 6 millones de muertos en el mundo (entre estos, más de 100.000 en nuestro país), según datos oficiales, aunque las cifras han ascendido a 18,2 millones (162.000 en el caso español), en un estudio de la prestigiosa revista médica británica The Lancet. A esto se añaden las diversas olas y secuelas del virus, un aumento de la ansiedad y la depresión, las restricciones, las vacunas y sus efectos, el cansancio, las dificultades en la asistencia sanitaria para otros temas que no sean el Covid, una mayor presencia digital y una fuerte implantación del teletrabajo, un descenso de las relaciones sociales, etc.
Se han cumplido dos años desde que la OMS declarara esta pandemia y en el primero, la prevalencia de ansiedad y depresión aumentó un 25%. A mediados de 2020, en España había 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo, según los últimos datos de la Encuesta Europea de Salud, difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y la prevalencia de la depresión en mujeres duplicaba a la de hombres (7,1% frente al 3,5%).
Se han cumplido dos años desde que la OMS declarara esta pandemia. A mediados de 2020, en España había 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo
El Covid-19 ha provocado también que la salud mental cobrara gran protagonismo, de hecho, el 87% de los profesionales del mundo la considera ahora como una de sus preocupaciones en la vida laboral, como indica el estudio ‘Profesionales del futuro’ elaborado por la compañía NTT DATA. Ahora se visibiliza el cuidado de la salud mental como uno de los factores más relevantes para el bienestar de las personas, incluyendo el ámbito laboral, porque los casos de problemas han aumentado exponencialmente (por ejemplo, el 40% de la población ha atravesado momentos de estrés en los dos últimos años).
El año pasado, casi 50 millones de trabajadores abandonaron su empleo en EEUU, pero en España apenas 30.000 renunciaron voluntariamente a su puesto de trabajo. Una gran diferencia que se explica en los propios datos de la tasa de paro (3,9% frente a un 13%). “La situación en España es muy distinta porque, si el trabajador abandona su puesto de trabajo, no tiene grandes garantías de conseguir otro; salvo que hablemos de sectores o puestos de trabajo muy demandados”, ha afirmado Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs. “En cualquier caso, no cabe duda de que se está produciendo un cambio de mentalidad en lo que se refiere a las prioridades del profesional español. Ahora que el mercado de empleo parece recuperarse, habrá que ver cómo evoluciona este fenómeno”, ha añadido.
En España, “si el trabajador abandona su puesto de trabajo, no tiene grandes garantías de conseguir otro; salvo que hablemos de sectores o puestos de trabajo muy demandados”, afirma Mónica Pérez, de InfoJobs
Según los datos del estudio de InfoJobs sobre el abandono del empleo en España, hasta un 23% de los trabajadores se planteó dejar su puesto en 2021 y un 27% se plantea hacerlo este año. La principal razón y por tanto, amenaza, para ‘la gran dimisión española’ es la salud mental (en concreto, para el 32%, es decir, tres de cada diez), varios puntos por encima de las condiciones económicas, el dedicarse a algo diferente y la conciliación entre la vida personal y laboral. Entre los más jóvenes (de 16 a 24 años), priman como motivos el dedicarse a algo distinto y las condiciones económicas, por delante de la salud mental; pero según se avanza en los siguientes segmentos de edad, la salud mental y la salud física son las principales razones para abandonar un empleo.
Entre las iniciativas que se han puesto en marcha, está ‘Ruta Saludable 2022’, impulsada por la consultora especializada en bienestar psicosocial Affor Health e Impact Hub Málaga, una red de emprendimiento e innovación. Esta iniciativa es pionera en concienciación de la salud mental en España e Hispanoamérica y busca concienciar a emprendedores y pymes sobre la necesidad de gestionar los riesgos psicosociales entre los trabajadores para promover la salud mental en el ámbito laboral. Dicha ruta comenzó en Madrid el pasado 15 de febrero en formato online, está celebrando distintos eventos desde varias ciudades españolas e hispanoamericanas, y concluirá el próximo 5 de abril en Málaga. Anabel Fernández, CEO de Affor Health, ha señalado que “la gestión psicosocial está cada vez más extendida en las grandes empresas, pero no así entre las pymes y emprendedores. Por eso hemos puesto en marcha esta ‘Ruta Saludable 2022’, porque consideramos que es necesario cuidar y concienciar sobre la salud mental y el bienestar de los empleados, trabajen en una gran empresa, en una pyme o sean emprendedores”. Los asistentes a dicha Ruta reciben aprendizaje, un chequeo sobre su salud emocional y tienen a su disposición durante seis meses el Programa de Ayuda al Empleado (PAE). Este último es un servicio de asesoramiento psicológico gratuito 24 horas al día, los siete días de la semana, que promueve la mejora del bienestar emocional tanto en el ámbito personal como laboral, dándoles herramientas para mejorar su calidad de vida.
Hasta un 23% de los trabajadores españoles se planteó dejar su puesto en 2021 y un 27% se plantea hacerlo este año. La principal razón y por tanto, amenaza, para ‘la gran dimisión española’ es la salud mental
Al escenario que ha provocado el Covid en los últimos dos años, se suma la incertidumbre, la crisis económica y la guerra en Ucrania como otras presiones para la salud mental. Kenkou, proveedor de soluciones integrales de control de la salud, ha publicado un estudio que compara el precio y la calidad de la atención y los servicios de la salud mental en todo el mundo en el que refleja que España ocupa el puesto 36 entre 50 países, en un ranking que lidera EEUU y cierra Bangladesh, y en el que también hay que tener en cuenta la diferencia en poder adquisitivo entre los del norte y los del sur.
Claro que también hay que sumar otro problema que afecta a la salud mental, especialmente a la de los jóvenes y que ya existía antes del Covid-19: la dictadura de la felicidad que impera en las redes sociales y que está provocando adicciones, depresiones e incluso intentos y casos de suicidio. Precisamente, ‘Happy, la dictadura de la felicidad en las redes sociales’ se titula un documental francés de 2021 que está dirigido por Elisa Jadot y aborda este tema, subrayando que las redes sociales han revolucionado nuestra vida y en ellas se representan vidas ‘perfectas’, con imágenes bonitas para crear el deseo y la aprobación de los demás (es decir, ganar muchos ‘Me gusta’ y seguidores), porque todos buscan ser amados y reconocidos, y ser vistos, pues consideran que si son invisibles no existen.
En las redes sociales, a los usuarios les interesa idealizar su vida y transformar su realidad, creándose una máscara y un papel que interpretar, y para ello tienen un gran número de herramientas, una existencia ilusoria ante la que nadie certifica su veracidad
Se comparten momentos felices y bonitos, y hasta tal punto las redes sociales se han instalado en la sociedad, que ahora a dichos momentos se les llama incluso instagramables. A los usuarios les interesa idealizar su vida y transformar su realidad, creándose una máscara y un papel que interpretar, y para ello tienen un gran número de herramientas (encuadres, filtros, maquillaje, vestuario, etc.), una existencia ilusoria ante la que nadie certifica su veracidad.
Vivimos en un mundo en que estamos hiperconectados por el gran número de smartphones y la conexión a Internet en todo momento. Los usuarios de las redes sociales cuanto más las utilizan, más las necesitan, por creen que les aporta algo positivo, aunque sea a corto plazo (una supuesta felicidad basada en cuerpos perfectos y vidas plenas), pero también puede tener efectos negativos a medio y largo plazo. Al jugar a ser otra persona y dedicarle mucho tiempo, con el anhelo y el ansia continua por lograr reconocimiento, se genera ansiedad y hay riesgo de caer en la dependencia y la adicción, y también que estas acaben causando problemas de salud mental, porque cuando cae la máscara y se deja de interpretar el papel, los defectos reaparecen y también la vida real. En todo esto, los adolescentes son los más vulnerables, pues están en pleno proceso de formación de su personalidad y en medio de muchos cambios físicos, y no hay que olvidar que los creadores de las redes sociales son los que generan la adición y que para ello se sirven de los algoritmos que conocen todo de nosotros. Por eso es clave, la educación y la concienciación para que todos, en especial, los más jóvenes, aprendan a aceptarse tal y como son, a quererse, y también a hacer lo mismo con sus vidas, porque la perfección no existe, hay momentos buenos y malos, y una vida basada en apariencias no garantiza una verdadera y auténtica felicidad.
Los adolescentes son los más vulnerables, pues están en pleno proceso de formación de su personalidad y en medio de muchos cambios físicos, y no hay que olvidar que los creadores de las redes sociales son los que generan la adición y que para ello se sirven de los algoritmos que conocen todo de nosotros
The British School of Barcelona (BSB) considera desde hace años el cuidado del bienestar como una de las prioridades del colegio y el eje vertebrador de su programa de apoyo al alumno. Carol Coleman, directora del área de Soporte al Estudiante de BSB, ha señalado que esto se ha acentuado a raíz de la pandemia. “El confinamiento ha evidenciado aún más la necesidad de tomar conciencia de la importancia de cuidar de nuestro bienestar. Aunque en BSB ya tenemos implementadas desde hace tiempo una serie de prácticas al respecto, decidimos que era un buen momento para definir un marco estratégico que nos permitiera poner en valor toda la actividad que ya desarrollamos, unificar las iniciativas y poner en marcha un plan de acción para seguir fomentando el bienestar emocional y la salud mental en toda nuestra comunidad escolar”.
El mes pasado, BSB recibió la acreditación ‘Wellbeing Award for Schools’ (WAS), que otorga la organización internacional Optimus Education y supone el reconocimiento formal del compromiso de dicho colegio por el bienestar emocional y la salud mental de alumnos, familias y personal. Un certificado que reconoce que el colegio involucra a toda la comunidad escolar para establecer el enfoque más adecuado que responda a sus necesidades y que también pone especial atención en crear un entorno educativo donde haya espacios que transmitan tranquilidad y promuevan la interacción social. Un ejemplo que debería imitarse por otros muchos colegios, empresas y entidades.
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