Luis Muiño es el nuevo invitado de Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica que ‘visibiliza talento e inspira conexiones para que las personas se sientan capaces de lograr lo que se propongan’.

Muiño es un destacado psicólogo y psicoterapeuta cuyo objetivo siempre ha sido ayudar a personas en su crecimiento personal y en momentos de crisis.

Aquí, en este espacio que quiere potenciar cómo, cuando conectamos, somos capaces de hacer cosas increíbles, nos habla de cómo afrontar la presión social.

 “Mi vocación es echar una mano. Hago podcast, escribo algún libro y, sobre todo, hago mucha psicoterapia y creo que lo que busco es la sencillez en la psicología”.

La mejor forma de cuidarnos a nosotros mismos es también cuidar a los demás

Un par de líneas que sirven de presentación para conocer un poco mejor a Luis que asegura, con rotundidad, que…, “ser felices” es lo que buscamos ser en nuestra vida. “Vivimos en una cultura cada vez más individualista que, sin embargo, tiene una parte buena: que nos queremos más a nosotros mismos y que queremos algo más que sobrevivir”.

“Me encantaría pensar”, nos cuenta, “que parte de este desarrollo de la salud mental tiene que ver con conectar con los demás. Pero, por desgracia, en una cultura individualista, entendemos casi siempre por salud mental solo la nuestro. Revertir esta tendencia individualista supondría acogernos a lo que yo llamo personalismo que es una mezcla entre individualismo y colectivismo”.

Porque, la mejor forma de cuidarnos a nosotros mismos, es también cuidar a los demás.

Y en este escenario de convivencia que busca sobre todo ser sano, aparece un factor que determina buena parte de nuestro comportamiento: la presión social, es decir, el grado en el que nos influyen las expectativas de los demás. “Casi siempre, cuando hacemos algo tenemos presente al otro. Sabemos que su mirada va a ejercer una influencia sobre nosotros para que hagamos las cosas a su manera, hasta tal punto, que actuamos en consecuencia para encajar en el estándar marcado por el entorno, y no ser señalado”.

La asertividad es una habilidad esencial para enfrentar la presión social. Ser asertivo significa expresar nuestras opiniones y necesidades de manera clara y respetuosa

Estamos ante una presión que ya tenemos interiorizada y que nos provoca la falsa sensación de que, hacemos lo que hacemos, porque así lo hemos decidido.

“Pero, comemos, pensamos, incluso reímos, exactamente igual que los que nos rodean”, señala el psicólogo y psicoterapeuta que nos da las pautas para enfrentar esa presión social.

Asertividad para poner límites y mantener nuestra integridad

La asertividad es una habilidad esencial para enfrentar la presión social. Ser asertivo significa expresar nuestras opiniones y necesidades de manera clara y respetuosa. Si practicamos la asertividad, podemos establecer límites saludables y mantener nuestra integridad frente a la presión de grupo. Esto incluye decir “no” cuando es necesario y defender nuestras ideas sin sentirnos mal desde el respeto

“La asertividad es la capacidad de tener relaciones de igualdad con los demás y eso es lo que equilibra la balanza”, nos dice Luis Muiño

Entrenar la asertividad supone sobre todo dos cosas para el psicólogo: “la primera, trátate bien a ti mismo porque eso le va a servir de ejemplo al otro; y la segunda es la tolerancia a la tensión. En este sentido, hay personas que afrontan bien el conflicto y hay otros individuos, entre los que me encuentro, que lo llevamos mucho peor. Pero tener más tolerancia a la tensión, -por eso tenemos que trabajar-, es una forma de aumentar tu asertividad”.

Luis no habla de ser perfectos sino de ir reformulándonos constantemente.

Cuando nos olvidamos de nosotros mismos

Y, qué ocurre con la hiperempatía, fenómeno que nos hace olvidarnos de nosotros mismos. “Los seres humanos somos empáticos y solemos estar mucho más atentos a cómo podemos satisfacer las expectativas de la otra persona”.

Se trata de un fenómeno negativo para nosotros mismos. Hay un ejemplo fantástico, cuenta Muiño, para ilustrar esto: la invasión de la bahía de Cochinos. “John Fitzgerald Kennedy tenía un grupo de asesores, todos amigos, con los que empezó a planificar la invasión. Individualmente, todos eran conscientes de que iba a ser una catástrofe, pero nadie se atrevió a decirle al presidente que no era una buena idea, incluido el propio Kennedy”.

 “Mi vocación es echar una mano. Hago podcast, escribo algún libro y, sobre todo, hago mucha psicoterapia y creo que lo que busco es la sencillez en la psicología”, nos cuenta Luis Muiño

Para hacer frente a estas situaciones, nuestro invitado recomienda tratar de salir de ella y pensar si seríamos capaces de decepcionar a la otra persona que está enfrente y por la que sentimos esa empatía y nos aconseja intentar perder miedo al otro dándonos a nosotros mismos la importancia que merecemos.

Conectar con el otro

En muchas ocasiones, la hiperempatía viene dada por acuerdos de grupo, por un fenómeno de tribu que nos lleva a pensar que somos ‘nosotros’ frente a ‘ellos’, que son los otros.

“Esto llevado al extremo es la polarización que estamos viviendo en el mundo actual, y que nos hace perder por completo el pensamiento crítico porque, cualquier cosa que hacen los del otro lado está mal…siempre”, comenta el psicoterapeuta.

 “Como último consejo, sería bueno intentar perder el miedo al otro. Y para eso, lo primero y más necesario es darse cuenta de por qué temo conectarme, de por qué temo relacionarme. Y, una vez que viajas en dirección a ese miedo eres consciente de que te puede salir bien ya que la relación con el otro es muy enriquecedora”.

Conocer el equilibrio perfecto entre nosotros mismos y el entorno, con la presión social que vivimos hoy en día, es toda una tarea. Sin embargo, no debemos dejar de intentarlo.

Debemos escucharnos a nosotros mismos y escuchar a los demás para conectar, porque cuando lo conseguimos, hacemos cosas increíbles juntos.