Desde el mirador del Sagrado Corazón, en días claros de invierno, se divisa El Moncayo (2.314 metros de altura), al noreste se intuyen los Pirineos nevados, y mucho más cerca se aprecia el recorrido, con suave zigzagueo, del río Arga. Pero si bajamos la mirada, lo que se ve es Peralta, un pueblo de la Ribera navarra rodeado de campos agrícolas, con casi 6.000 habitantes, y que a vista de pájaro se parte en dos mitades.

Una es de color ocre y tejados marrones, que es donde la gente vive y se levanta la iglesia con su característica torre; y otra es de líneas rectas y techos blancos, que es el polígono industrial, una extensión que crece y crece. En la primera mitad, en un edificio de dos plantas, todavía se conserva el cartel original de malla metálica donde nació el primer taller de Azkoyen. En la otra parte está la impresionante factoría del Grupo Azkoyen y muchas otras empresas surgidas a su calor. En Peralta (en euskera, Azkoien) se ha producido un prodigio empresarial que empezó en 1945.

Para llegar al concepto de la “Suiza navarra” -como escribió de Peralta hace tiempo un periódico regional- han tenido que pasar mil cosas. Una de ellas es que aquí nació Luis Troyas Osés (1920-1984). De chaval trabajó como obrero industrial cerca de Rentería (Gipuzkoa) y todavía muy joven regresó a su pueblo con muchas ideas en la cabeza, todas con un propósito: facilitar la vida de sus vecinos. Y, con perseverancia y dedicación, empezó a inventar. “Con ese talento innato y mucha inquietud, Troyas diseña mecanismos y artilugios para mejorar el día a día de los agricultores, como una máquina para pelar espárragos, otra para arrancar las patatas de la tierra, otra para rajar el mimbre, que era muy costoso porque se hacía a navaja”, comenta Juan José Suárez, actual presidente ejecutivo de Grupo Azkoyen.

Azkoyenchicomáquina

 

Hoy en día, Grupo Azkoyen es una multinacional tecnológica que el año que viene cumple 80 años. Con más de 1.000 empleados -300 en Peralta- y sedes y centros de producción en 13 países, tiene más de 6.000 clientes en más de 100 países y una facturación que en 2024 rondará los 200 millones de euros. Y ya no solo se dedica a la denominada “venta desatendida” (máquinas de vending) -ahora más enfocada al café y no tanto al tabaco-, sino a los medios de pago -esas maquinitas que vemos en negocios para gestionar el dinero en efectivo- y a los dispositivos para controlar el acceso, tiempo y presencia en las empresas.

De la gasolina a las golosinas

Julio Arpón, un exempleado, que empezó a trabajar con Troyas con apenas 14 años y se jubiló en su empresa 51 años después, recuerda que un tío del fundador de Azkoyen le dijo: “Tenemos que hacer algo para los mecheros de gas. A principios de los años cincuenta en las tabernas tenían una garrafa con el combustible para rellenar los mecheros y era un incordio tener la gasolina allá en el mostrador”. Luis Troyas inventó el Sur-Me (surtidor medidor de líquidos), una máquina de pared donde metías 10 céntimos y recargabas tu mechero. Y funcionó.

Era el comienzo de los dispositivos de venta automática. Desde su taller en el centro de Peralta, y con sus compañeros y aprendices, crea selectores de monedas para las máquinas expendedoras de golosinas. Ahora nos parece una tontería pero lograr distinguir por medios mecánicos las distintas monedas que se insertan fue un gran avance. Y en los sesenta las máquinas ya servían cerillas, paquetes de tabaco -la Ventamatic y la Novamatic estaban por toda España-, chocolatinas y caramelos… y aquellas artilugios amarillos que contenían cientos de bolas de chicle. Metías la moneda, movías una palanca hacia la izquierda y caía la golosina.

El centro logístico de Nike, el aeropuerto de Frankfurt, el ejército alemán, Nestlé o Selecta son algunos de los proyectos estrella del Grupo Azkoyen

“También cuentan que se fue a Alemania porque allí estaban más avanzados, compró una máquina de tabaco, la desmenuzó para ver las tripas. Al estar patentados esos mecanismos, diseñó otros alternativos con las mismas funcionalidades”, asegura el presidente ejecutivo.

Innovación, un ADN que va a cumplir 80 años

Antes de existir los departamentos de I+D+i (Investigación, desarrollo e innovación), Azkoyen ya tenía en funcionamiento la “sección de prototipos”. Cuando no existían los ordenadores y programas de animación por ordenador, “todo se hacía a mano, con piezas reales para diseñar nuevas máquinas, por ejemplo una para cortar la chapa, que fue un gran paso porque antes se hacía todo a mano”, comenta Arpón.

JuanjeAlberdi

 

De hecho, en la actualidad, “casi un 17 % del personal de la compañía está dedicado al I+D y el presupuesto supera con mucho al que dedican de media las empresas en Navarra y España. En 2023, la Unión Europea nos reconoció como una de las empresas con mayor inversión en innovación”, explica Juanje Alberdi, director general de las áreas Café y Vending y Medios de Pago.

E, incluso, hay alguna anécdota que demuestra cómo funcionaban las cabezas en aquella Azkoyen. “Siendo niño, un día mi padre me estaba esperando a la salida del colegio y me preguntó si me apetecía un bote de refresco. Le dije que sí y me llevó a la fábrica, en una sala estaban esperando un grupo de ingenieros entre los que estaba Luis Troyas, el fundador. Me pusieron delante de una máquina y me pidieron que metiese la mano por el canal de entrega del producto hasta que alcancé la lata. Me fui encantado. Una semana después se repitió la escena y al meter la mano ya no pude sacarla. Se habían producido robos y manipulaciones y al final ayudé a mejorar la máquina de refrescos”. Quien habla es Jesús Francoy, manager del Servicio de Atención Técnica al Cliente de la División de Medios de Pago. Su padre trabajó en la compañía desde los 16 años hasta su jubilación, “mi madre fue la primera proveedora que tuvo Azkoyen y mi hermana y yo hemos crecido profesionalmente también en esta empresa”.

Cambiar el desarrollo económico de la comarca

Y es que la vinculación de Azkoyen con el pueblo de Peralta, con la comarca, es casi de simbiosis, una interacción que ha modificado el panorama económico. En los años sesenta, la población era eminentemente agrícola y mucha gente joven tuvo que emigrar a Francia, Suiza, Bélgica… pero la empresa creada por Troyas empezó a transformarse, en lugar de fabricar máquinas, las iba a diseñar y montar, lo que con la llegada de los avances mecánicos y electrónicos provocó el nacimiento de empresas en la zona. “Bajo el auspicio de Azkoyen se creó un cinturón industrial de proveedores”, relata Francoy, que destaca el carácter emprendedor de los peralteses y que se demuestra con la alta densidad industrial que vive el municipio.

En 2023, el 70 % de las líneas de pedido que entraron por la puerta de la fábrica de Azkoyen en Peralta fue de proveedores locales

De ese parque de proveedores, los hay que surgieron de personas que empezaron su vida laboral en Azkoyen. “Voy a poner tres ejemplos muy significativos. Había un mecánico en un taller de camiones que tuvo un accidente y se quedó sin movilidad en un brazo. Su hermano, que trabajaba en Azkoyen, consiguió que le encargasen la soldadura de circuitos electrónicos. Hoy tiene más de 200 trabajadores y es uno de los líderes en electrónica con gran proyección internacional. También había un soldador que arreglaba tractores y ahora es uno de los principales fabricantes de chapa que suministra a toda España. Y, por último está Tasubinsa, un taller de trabajo especial para personas con discapacidad con la que llevamos trabajando más de 40 años”, repasa Lorenzo Aldanondo, manager de Ingeniería de Producción, con 39 años a sus espaldas en el Grupo Azkoyen. Un dato: en 2023, “el 70 % de las líneas de pedido que entraron por la puerta de Azkoyen fue de proveedores locales. Y eso que estamos en un mundo globalizado”, añade.

Azkoyen máquina

 

Ahora es sencillo apreciar la evolución paralela de Peralta y el Grupo Azkoyen, pero hay momentos que definen este caso de éxito. Después de las súper ventas de máquinas expendedoras de tabaco –los más viejos de lugar recordarán la Novomatic y sus tiradores para extraer la cajetilla– durante los sesenta, en la siguiente década irrumpe la electrónica, los dispositivos evolucionan y permiten comprar chocolate, café, té y snacks. En los ochenta, Azkoyen incluye ya microprocesadores en sus máquinas y sale a bolsa. “Cotizar significó una gran visibilidad y una imagen que no tenía la empresa. Desde un pueblo de Navarra nos impulsó”, admite Juan José Suárez, presidente ejecutivo. A partir de finales de esa década y comienzos de los noventa se producen las primeras exportaciones a Portugal, Alemania o Francia, algo que se nota en la facturación. Y entra en el mercado del café con una marca propia y nuevas máquinas expendedoras.

El euro, una lanzadera para Azkoyen

Si hay un hito en el que todos los entrevistados coinciden es la llegada de la moneda única en la Unión Europea. “Los sistemas de pago y la máquinas de vending se quedan desactualizadas y algunas obsoletas, hay que adaptarlas para que gestionen el efectivo con euros”, comenta Aldanondo. Son los años gloriosos de Azkoyen, cifras de facturación nunca pensadas. “Hasta Forbes destaca a Azkoyen como una de las mejores pyme del momento en el mundo”, recuerda el ingeniero.

“Lo que hizo Troyas con la máquina de despalillar o la de recargar era encontrar soluciones para hacernos la vida más fácil, esa filosofía de experiencia del usuario se mantiene”

A mediados de los 2005 se prohíbe fumar en los puestos de trabajo y en 2011 también en los bares y espacios de entretenimiento. Para ese momento, Azkoyen ya había optado por el café como sustituto del tabaco. El siglo XXI se caracteriza también por el desarrollo tecnológico de los sistemas de pago en el mercado de vending y por los dispositivos de pago automático que sustituyen a las cajas registradoras en comercios, bares y hoteles; por la implementación de software y hardware innovadores para control de acceso y control de presencia, y en sistemas de seguridad integrados; y por la revolución en las máquinas de café.

De Nike al ejército alemán

La compañía se estructura en tres divisiones: Coffee and Vending; Payment Systems; y Time & Security. Todas ellas cuentan con un plan estratégico propio que se sustenta en cuatro pilares: innovación orientada a mejorar la experiencia de los usuarios; diversificación de productos y mercados; e internacionalización; con el desarrollo sostenible como pilar transversal que influye en todos ellos. Sus productos y servicios se encuentran en 95 países y están presentes en compañías tan diversas como Nestlé, Amazon, el centro logístico de Nike, Selecta, el ejército alemán o el banco de inversión JP Morgan.

Y sobre el futuro, su presidente ejecutivo lo tiene claro: “La innovación va a seguir siendo nuestra estrategia. Como ejemplo, nuestra división de Time & Security, que realiza más de 1.000 instalaciones anuales y mantiene otras 10.000. Nuestra intención es prestar todos esos servicios desde la nube, dotando de control remoto a los mecanismos de control de acceso para que puedan ser reprogramados mantenidos y actualizados”. El director general Juanje Alberdi incide en esta línea: “Lo que hizo Troyas con la máquina de despalillar o la de recargar era encontrar soluciones para facilitar la vida de las personas, esa filosofía de experiencia del usuario vamos a mantenerla con la nube y las bases de datos”, asegura.

“La vida media de las empresas en España es de quince años. Que una compañía sea capaz de pervivir más de ocho décadas dice mucho del fundador y de todos los profesionales que la han gestionado. Las personas son más importantes que los negocios”

Es cierto que Azkoyen está viviendo años dulces en cuanto a reputación y datos económicos. En 2023 facturaron 192 millones de euros “y en el primer semestre de 2024 ya hemos superado los 100 millones. En los últimos cuatro años, la situación financiera es buena, hemos repartido dividendos ordinarios y extraordinarios, hemos adquirido una empresa en Letonia y otra de máquinas de cafés tradicionales, y hemos mantenido un grado de endeudamiento bajo. Se lo ponemos fácil a los proveedores financieros”, afirma Juan José Suárez, quien valora la confianza de las entidades financieras en los momentos difíciles, “por ejemplo cuando nos tuvimos que reinventar por las leyes antitabaco que afectaron a la demanda de nuestras máquinas”.

“Las personas son más importantes que los negocios”

Suárez, un pamplonés amante de la bicicleta de montaña y el pádel, llegó en 2005 a Azkoyen como representante en el accionariado del holding familiar español Berkelium, el mayor accionista del grupo. En el consejo también están representadas dos hijas del segundo matrimonio del fundador. En 2011 pasó a ser consejero; en 2019, presidente, y este año ha sido nombrado presidente ejecutivo. “En 2025, Azkoyen cumplirá 80 años. La vida media de las empresas en España es de quince años, por eso que una compañía sea capaz de pervivir más de ocho décadas dice mucho del fundador y de todos los profesionales que la han gestionado. Las personas son más importantes que los negocios, lo sé por experiencia”, asegura.

Azkoyenmujeres

 

En los jardines con olivos que unen las distintas plantas de la factoría de Azkoyen en Peralta se mueven los vehículos pesados, las elevadoras de palets, y los empleados. Da igual con quien se hable, todos valoran la filosofía de Luis Troyas: “Él quería que las mujeres pudiesen venir a trabajar con el traje de novia, una metáfora que tenía que ver con la salud y la limpieza que quería en su fábrica”, comenta Jesús Francoy.

“La seguridad y la salud siempre ha sido muy importante. Uno de los méritos de Troyas es que logró que maridos y mujeres del pueblo y la zona pudieran compartir trabajo”

“La visión del fundador era que su plantilla fuese como una familia. Él vivía muchos días en la fábrica y el fin de semana se iba con su familia, y quería que los empleados pasasen su jornada laboral en un ambiente saludable”, comenta Iñigo Ayesa, médico de carrera y manager de Health & Safety en Azkoyen. “La seguridad y la salud siempre ha sido muy importante porque al final aquí hemos tratado a varias generaciones de peralteses, cuadrillas, padres e hijos, matrimonios… Uno de los méritos de Troyas es que logró que maridos y mujeres del pueblo y la zona pudieran compartir trabajo”, dice.

Era tan importante la familia que el propio fundador de Azkoyen puso el nombre de dos de sus hijas a las primeras máquinas de tabaco electromecánicas en los setenta: Anne y Karmele. El antiguo empleado Julio Arpón lo recuerda: “fue como cuando botan un barco en el puerto, en la presentación, delante de los encargados, le dio una botella de champán a cada hija y golpearon la máquina”. La admiración hacia Troyas se nota. Como todo el mundo, aquel chico que consiguió levantar un emporio tenía virtudes y defectos. “Le importaba que los empleados tuviesen cultura y estudiasen, sobre todo en aquellos años donde muchos dejaban la escuela en la adolescencia. “Cedió las naves de su primer taller para formación de los empleados, impulsaba que fuésemos a clase a Pamplona para conseguir la maestría industrial”, explica Arpón.

En Peralta, hay anécdotas sobre Luis Troyas casi en cada casa. Esa mente maravillosa que no dejaba de pensar dicen que llegó a inventar un paracaídas y que él mismo lo probó desde su ventana. No funcionó cómo pensaba, pero aquel Luis Troyas joven salió ileso, un toque de suerte fundamental que le permitió seguir dándole vueltas y vueltas a la cabeza. En estos primeros 80 años, la compañía ha crecido, ha diversificado y se ha internacionalizado. Una empresa que afronta el futuro con optimismo sin perder la esencia del pasado.