José Luis Requero hace leña del árbol caído La situación del juez Ferrín es como sigue. Por una parte, el tribunal anula la condena de 600 euros contra él. Por otra, la plataforma creada en apoyo y solidaridad (www.juezcalamita.com) lleva ya recaudados 27.000 euros. Le serán entregados en una cena homenaje que se celebrará el próximo viernes 13 de febrero. No obstante, el propio Ferrín ya ha señalado que irá utilizando ese dinero en lo estrictamente necesario y que el sobrante se destinará a una organización benéfica.
Lo que más ha llamado la atención es la crítica de José Luis Requero. Considera que el juez Ferrín ha actuado con torpeza en el caso de la adopción de Candela. Acepta que no es causa de reproche penal, sino meramente administrativo. ¿A qué viene este ataque? Aún suponiendo que el juez Ferrín haya sido torpe y que sus escritos sean farragosos y una mezcla de opiniones personales con cuestiones jurídicas, no es motivo para sacar los pies del tiesto. Lo trascendental en este caso es que el juez Ferrín ha sido objeto de un verdadero linchamiento. Una cacería del lobby gay como la que se realizó contra Aquilino Polaino. Lo trascendente es que el juez Ferrín trató siempre de velar por el bien de la menor, Candela, sobre la que tenía dudas de que su adopción por una pareja homosexual podría tener incidencias sobre su desarrollo personal.
Es de suponer que Requero está de acuerdo con este tema. Y si disiente del manejo de Ferrín, debería de resolverlo en privado en lugar de hacer leña del árbol caído. Su posición sobre la eventual torpeza de Ferrín es secundaria comparada con el linchamiento moral que se sigue contra él.
Y llueve sobre mojado. Tras la polémica sentencia del Supremo sobre EpC, Requero se descuelga con un artículo donde rechaza la objeción, argumentando que él siempre había defendido que había que ir caso por caso. Más allá del debate jurídico-técnico, ¿le falla el sentido de la oportunidad o ha decidido ponerse del lado ganador? Mártires, los justos, concluye Requero en su escrito sobre el juez Ferrín. ¿Se está quitando de en medio?
Lo que más ha llamado la atención es la crítica de José Luis Requero. Considera que el juez Ferrín ha actuado con torpeza en el caso de la adopción de Candela. Acepta que no es causa de reproche penal, sino meramente administrativo. ¿A qué viene este ataque? Aún suponiendo que el juez Ferrín haya sido torpe y que sus escritos sean farragosos y una mezcla de opiniones personales con cuestiones jurídicas, no es motivo para sacar los pies del tiesto. Lo trascendental en este caso es que el juez Ferrín ha sido objeto de un verdadero linchamiento. Una cacería del lobby gay como la que se realizó contra Aquilino Polaino. Lo trascendente es que el juez Ferrín trató siempre de velar por el bien de la menor, Candela, sobre la que tenía dudas de que su adopción por una pareja homosexual podría tener incidencias sobre su desarrollo personal.
Es de suponer que Requero está de acuerdo con este tema. Y si disiente del manejo de Ferrín, debería de resolverlo en privado en lugar de hacer leña del árbol caído. Su posición sobre la eventual torpeza de Ferrín es secundaria comparada con el linchamiento moral que se sigue contra él.
Y llueve sobre mojado. Tras la polémica sentencia del Supremo sobre EpC, Requero se descuelga con un artículo donde rechaza la objeción, argumentando que él siempre había defendido que había que ir caso por caso. Más allá del debate jurídico-técnico, ¿le falla el sentido de la oportunidad o ha decidido ponerse del lado ganador? Mártires, los justos, concluye Requero en su escrito sobre el juez Ferrín. ¿Se está quitando de en medio?