La Madre de Dios también es modelo en este punto. Como alguien dijo, el amor no pide derechos, sólo quiere servir
“Lo que tú no entiendes es que yo soy una mujer empoderada”. Lo escuché en un vagón de metro. Una hispanoamericana se lo comentaba a su presunto novio, al parecer en calidad de última palabra. Yo estaba muy impresionado.
Verán, a mí no me preocupan las majaderías de Irene Montero. A mí lo que me preocupa es que sus barbaridades de verdulera sean aceptadas por mujeres presuntamente ‘normales’. Eso sí es de temer, porque supone que el virus feminista ha encontrado su lugar hasta en mujeres con intelecto respetable. Y sí, es un virus grave, que ha provocado la guerra de sexos, el acontecimiento bélico más estúpido de todos: media humanidad contra la otra media.
La madre no pide derechos sólo está para servir a su hijo. Por eso, lo más grande de la feminidad es la maternidad
1 de enero, festividad de Santa María, Madre de Dios. Porque no olvidemos que el feminismo odia la maternidad.
Pues bien, la Madre de Dios también es modelo en este punto. Como alguien dijo, el amor no pide derechos, sólo quiere servir. La madre no pide derechos sólo está para servir a su hijo. Por eso, lo más grande de la feminidad es la maternidad. Pero Irene Montero discrepa.