Sordo y Álvarez se sienten los amos del cotarro, porque para eso está el gobierno, el primo de Zumosol, señor del BOE, para perseguir al empresario en nombre de los dos sindicatos de clase
Unai Sordo, secretario general de CCOO, y José Luis Álvarez, de UGT, han planteado un 1 de mayo de 2023, día del trabajo, a la vieja usanza, con amenazas a los empresarios. Si no subís el sueldo, os vamos a dar caña y esa caña no tendrá fin. Aquí tienen a Álvarez: "La CEOE tiene que sentir el aliento de las calles de nuestro país exigiendo que acaben con la avaricia y con la usura que representan en algunos casos los beneficios empresariales". Sentirás mi aliento en tu nuca, dijo Humphrey Bogart.
El lema de este 1 de mayo también se las trae: "subir salarios, bajar precios, repartir beneficios". Como diría Marisu Montero: "no es magia, son tus impuestos". Claro que son mis impuestos. En cualquier caso, los sindicatos tan sólo han reconvertido su antiguo lema: trabajar menos, cobrar más y protestar siempre.
Lo que me extraña es que alguien quiera ser empresario, o emprendedor, en la España de Sánchez
Sordo y Álvarez se sienten los amos del cotarro, porque para eso está el Gobierno, el primo de Zumosol, señor del BOE, para perseguir al empresario en nombre de los dos sindicatos de clase, que sobreviven a costa de esos mismos impuestos, porque la afiliación sindical en España es de risa y entre las nuevas generaciones, sencillamente, no existe.
Y está muy bien eso de pedir impuestos y subidas de salarios porque, en España, en efecto, se cobra poco. Ahora bien, lo que sorprende es que en nuestro país no exista otra subida de salarios que aquella que va acompañada de una subida de impuestos laborales, especialmente de las venenosas cuotas sociales, el peor enemigo de la creación de empleo. Es decir, que no solo son los trabajadores los que se suben el sueldo sino también el Gobierno. El empresario, a pagar y a callar.
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Y claro que hay que repartir el beneficio. Porque el trabajador forma parte del mecanismo empresarial. Ahora bien, el empresario, además de su trabajo, aporta riesgo. Por ello, es el que se lleva el beneficio: ¿o es que cuando hay pérdidas también las asume el trabajador con una rebaja de su sueldo?
Con este planteamiento, lo que me extraña es que alguien quiera ser empresario, o emprendedor, en la España de Sánchez. Es mucho mejor ser funcionario o trabajar en una gran empresa. Desde luego jamás crear un despacho, o meterse a autónomo. Eso sería fatal.
Un 1 de mayo más, los sindicatos a lo suyo: destruir empresas. A lo mejor ha llegado el momento de subir salarios líquidos, bajar cuotas sociales... y dejar de subvencionar a los sindicatos de clase. Si quieren organizar manifestaciones y amenazar a los emprendedores, que lo hagan con su dinero, no con el de todos.