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Otra de las engañifas más habituales que nos quieren hacer creer, es que la evolución de la sociedad es la consecuencia, el efecto natural, de la evolución del pensamiento del ser humano. ¿Es por esto que hoy somos capaces de pensar en términos homosexualistas y hace veinte años nadie lo haría…? Quiero decir, que nadie se plantearía una sociedad cuyos principios son no binarios o si acaso sería una opción posible gracias a que nuestra capacidad de absorber circunstancias, que gracias a nuestra evolución -inteligente, avanzada e intrascendente- nos conduce hacia una diversidad de la humanidad misma.
Nada más falso, claro. La sociedad se rige por impulsos ideológicos que generan nuevas filosofías de pensamiento y por lo tanto surgen nuevas preguntas, muchas veces sin respuesta, que con las leyes, en un consenso que en muchas ocasiones están lejos de la verdad, pretenden aplicar a los ciudadanos. Sucede que como algunas son inexplicables se imponen legislativamente de forma que se termina creando la norma social, porque al ser legal es obligatorio, prohibido o admisible, y por lo tanto irrefutable.
La ideología de género es el ejemplo más brutal y violento de lo que nos está sucediendo. Una ideología aparentemente no violenta porque no hay derramamiento de sangre y que sin embargo subyuga la conciencia de muchos y la libertad de todos. La ideología de género es un artificio de pensamiento que sin el apoyo legislativo, propagandístico y educativo sería a todas luces imposible de sostener, porque es tan contrario al ser humano que nadie podría admitirlo por justicia social -como el marxismo-, o por ambición -como el capitalismo-.
Y curiosamente, para evitar ese rechazo intelectual de la sociedad, surge como un dramático giro del marxismo, propiciado por la lucha de sexos a cambio de la lucha de clases. Y son las fuerzas neoliberales imperantes sus promotoras. Todo es un gran proyecto neomalthusiano cuyo objetivo es la contención de la demografía universal con el apoyo cómplice de la Organización de las Naciones Unidas, una institución internacional sin poder legislativo pero a la que se le ha proporcionado una de las palancas más impositivas que jamás nada ni nadie ha tenido en la historia de la humanidad. Una institución que se empeña en hacer listas negras de quien disienta de la ideología de género… ¿Dónde se ha visto una cosa así?
Todo es un gran proyecto neomalthusiano cuyo objetivo es la contención de la demografía universal con el apoyo cómplice de la Organización de los Naciones Unidas, una institución internacional sin poder legislativo pero a la que se le ha proporcionado una de las palancas más impositivas que jamás nada ni nadie ha tenido en la historia de la humanidad
Es de espíritu malthusiano porque el Nuevo Orden Mundial lo es, ya que al final consiste en una sociedad reducida, proletarizada y sujeta a las necesidades que dicta un poder único, indiscutible e irrebatible. Cuenta por esto con una gran maquinaria internacional que sostiene la ONU para implantarse en el mundo entero a través de presidentes vendidos al poder político globalista, sin proyecto propio, y que sigan los dictados de los que les han proporcionado el cargo. España, como tantos otros países de Europa -cuna del cristianismo- e Iberoamérica -expansión universal de la hispanidad-, es un ejemplo de saturación en ideología de género. El primer país de Europa donde se aplicaron leyes tan transversales como el homonomio, el divorcio exprés y el debate de la identidad de género… ¡por ejemplo! Fue España. Y todo porque nuestro país es precisamente es la charnela entre el continente europeo y el americano, lugar de raíces culturales más que evidentes
El pacífico cosmo proyecto de la ideología de género se sostiene con herramientas brutales, tales como el ataque a la persona con la imposición del aborto y la eutanasia; destruir la familia con el divorcio y la creación del matrimonio homosexual; la decadencia de la mujer con el feminismo radical; y la creación de derechos inocuos que rompen la armonía de la sociedad y corrompen la moral. Derechos y más derechos contra las obligaciones reales que nos hacen responsables ante nosotros mismos y la sociedad. Los derechos reproductivos, la diversidad sexual por identidad de género, el igualitarismo desigual en leyes donde se vierte la carga de la prueba con el objetivo de destruir al varón, el feminismo qeer que nos llega, con lo que la sociedad en bloque se distancia -aún más- del feminismo de equidad… Porque el feminismo no es ya un derecho reivindicativo de las mujeres, hoy es un proyecto estructurado y planificado gracias a la masificación de las mujeres de principios excluyentes.
El pacífico cosmo proyecto de la ideología de género se sostiene con herramientas brutales, tales como el ataque a la persona con la imposición del aborto y la eutanasia; destruir la familia con el divorcio y la creación del matrimonio homosexual; la decadencia de la mujer con el feminismo radical; y la creación de derechos inocuos que rompen la armonía de la sociedad y corrompen la moral
Ya lo he escrito otras veces, pero en esto hay que repetirlo: la única que puede parar o ser refugio de las conciencias libres, no alienadas o disidentes (llámelo como quiera) es la Iglesia, siempre y cuando no admitan las referencias ideológicas y forme bien a sus sacerdotes en la santidad con la que desempeñen su trabajo pastoral. Quizá por esta razón quieren deshacerse de ella en los plenos de la ONU, con la falaz excusa de que ahora no quieren considerarlo un país, aunque haya sido uno de las fundadoras de esta institución, nacida para dar luz, hoy en el poder de las tinieblas.
De cara al 8-M, y para que conste de que no se trata de una fecha monopolizada ideológicamente por una facción de la sociedad, quiero hacer un pequeño tributo a las muchas mujeres -cada vez más- que no comparten los dictados contemporáneos de lo que dicen que es ser mujer como persona, en su vida social o en sus relaciones con hombres y otras mujeres. Con este motivo he realizado una selección de autoras que valientemente han expuesto sus puntos de vista contradiciendo las modas ideológicas impositivas.
Feminismo sin complejos (Sekotia) de Alicia Rubio. Quizá el ensayo más avanzado sobre el feminismo actual donde la autora, una verdadera experta en la lucha, vuelve a la carga contra el feminismo radical y disolvente, como es la actualidad que pretenden imponer. Un libro que no se queda en la teoría, sino que avanza de forma valerosa y clarividente sobre qué es hoy el feminismo y hacía dónde nos lleva en un futuro próximo… Y para los que no comprendan lo de “futuro próximo” lo aclaro, se trata de nuestros hijos… ¡Ahí lo dejo!
Alteridad sexual (Palabra) de María Calvo Charro. Un ensayo muy divulgativo donde la autora hace un importante reflejo del invento de las tendencias ideológicas que pretenden explicarnos las identidades sexuales como un mero hecho accidental frente a las evidencias biológicas que miles de años de seres binarios (humanidad y otras especies) viene demostrando como una realidad, entre otras cosas, aunque sea sólo por la continuidad de la especie, que en estos tiempos ya es decir.
Del sexo al género (Eunsa) de Mª Isabel Llanes Bermejo. Las políticas de igualdad de género traspasan en muchos aspectos la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres para realizar una nueva y gran revolución social. Aparentemente pacífico y progresista, oculta consecuencias destructivas al tratar a las relaciones humanas y de forma desabrida para querer tener razón en sus teorías.