Se tejió toda una red para acabar con Donald Trump, y es que su Administración era abiertamente pro vida
Lo cuenta C-Fam, durante un debate sobre la próxima Cumbre de la ONU para el Futuro, los defensores del aborto admitieron públicamente su complot para imponer el aborto y los derechos sexuales en el mundo.
Así, delegados y periodistas pro-aborto habrían reconocido que han implementado lenguaje como "salud sexual y reproductiva" en cada área de la política de la ONU para promover el aborto. Y es que hoy en día hablar de aborto supone hablar de un 'derecho', pero esto no ha sido flor de un día, sino un trabajo meticuloso que se lleva tejiendo durante décadas. Hace 20 años, el aborto se veía como lo que es, el crimen más atroz contra el ser más indefenso, poco a poco se fue introduciendo en supuestos y siempre si la vida de la madre corría un verdadero riesgo. Pero en cuestión de unos años ya hablamos del aborto como un derecho. Para llegar a este punto, una maquinaria bien engrasada ha estado funcionando en la sombra, sirviéndose de elementos como el uso del lenguaje, es decir, en lugar de decir aborto, diciendo "salud sexual y reproductiva".
Garfieldt Kofoed destacó específicamente lo importante que ha sido agregar el lenguaje de la salud sexual y reproductiva “más allá de los confines del tercer comité de la Asamblea General de la ONU”, donde estos temas se discutían casi exclusivamente hace apenas diez años.
La ex delegada de Dinamarca que ahora trabaja para la Fundación de las Naciones Unidas, llegó a reconocer que el propósito de agregar estos términos en áreas de políticas de la ONU que van desde los derechos humanos hasta el género, el clima y la energía fue siempre generar más fondos, programas y posiciones desde los cuales promover el acceso al aborto y los derechos sexuales, y eventualmente su reconocimiento.
Kofoed explicó cómo los términos ambiguos son muy importantes para la promoción del aborto porque dan “un marco para que las ONG y las agencias obtengan financiación” e implementen programas alineados con estas normas. Esto, a su vez, da a las organizaciones la posibilidad de presionar a los países para que adopten elementos de la agenda del aborto: “La inclusión continua de ese lenguaje en la diplomacia no sólo cambia la conversación sino que también presiona a las entidades a adaptar sus políticas, lo que refleja un cambio en las normas globales”.
Pero la cosa no acabó ahí, otro panelista del evento, el periodista Column Lynch, afirmó que también se tejió toda una red para acabar con Donald Trump, y es que su Administración era abiertamente pro vida, y no podía permitir este tipo de políticas desde la Casa Blanca.
Recuerden que ya no es sólo que el aborto sea tratado como un derecho fundamental, sino que Organización Mundial de la Salud (OMS), dirigida por Tedros Adhanom, uno de nuestros peores ciudadanos, está en plena campaña para promover el aborto hasta el mismísimo parto. Tedros ha solicitado que ningún país se atreva a limitar el ‘derecho al aborto’ basándose en “límites de edad gestacional”. O sea, aborto libre hasta el mismísimo parto… y más allá.
En esta línea también va Europa, el Parlamento Europeo aprobó el "derecho al aborto", es decir, convertir la despenalización del aborto en derecho al aborto. De ahí, se irá a por el siguiente objetivo: instaurar el aborto a vencimiento, hasta el mismísimo momento del parto. En este camino la ONU sigue la senda, y ojo, porque España va de la mano, y si en noviembre las elecciones presidenciales las gana Kamala, Estados Unidos con su Administración al frente estará encantada de ayudar.