Cambiarse de sexo no es ninguna broma
El Observatorio de Bioética del Instituto Ciencias de la Vida ha publicado un informe que apunta al aumento de personas transexuales arrepentidas tras someterse a tratamientos de transición de género.
El documento recoge que "se han publicado en distintos medios de comunicación dos noticias relevantes y susceptibles de una profunda reflexión acerca de las políticas que se están llevando a cabo por parte de los promotores y defensores de la ley trans, tanto en España como en numerosos países de Europa y América.
Por un lado, el médico psiquiatra Celso Arango, Director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental, y jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Gregorio Marañón, advierte del riesgo que supone empujar a jóvenes confusos hacia una hormonación “irreversible”. El Dr. Arango expone, basándose en su experiencia clínica, la realidad con la que se encuentran los profesionales, que ven como aumentan de forma alarmante los casos “en los que una persona, por una crisis de personalidad en la adolescencia o por un cuadro de depresión, de autismo, de alto funcionamiento o lo que sea, un día de repente se levanta por la mañana diciendo que es trans, cuando realmente no lo es.”
El Dr. Arango establece que entre los que afirman ser trans, la proporción de los que no lo son con respecto a los que sí, es «de 100 a 1», por lo que no duda en cargar contra el reciente aprobado Proyecto de Ley Trans y advierte del riesgo que supone empujar a jóvenes, que se dejan llevar por lo que califica como «una moda, hacia este tipo de tratamientos.
En Hispanidad hemos publicado, por ejemplo, los casos de Sandra que ya en 2021, antes de que se aprobase la Ley Trans de Irene Montero, denunciaba denuncia nueva norma: “La transexualidad es una mentira” o Helena Kerschner, que explicaba el suplicio que supone cambiar de sexo
Además de las graves consecuencias para las personas que se han sometido a dichos tratamientos, deben añadirse ahora -señala el Observatorio de Bioética- los casos, en número creciente, de arrepentidos que denuncian no haber sido correctamente informados ni tratados durante el proceso, sufriendo sus consecuencias en muchos casos irreversibles y posteriormente se han arrepentido.
En Hispanidad hemos publicado, por ejemplo, los casos de Sandra que ya en 2021, antes de que se aprobase la Ley Trans de Irene Montero, denunciaba denuncia nueva norma: “La transexualidad es una mentira” o Helena Kerschner, que explicaba el suplicio que supone cambiar de sexo.
El Observatorio de Bioética señala en su informe que varios países están revirtiendo la políticas implementadas hasta ahora en el tratamiento de los casos de disforia de género, adoptando posturas más prudentes que incluyen la necesidad de diagnóstico clínico y seguimiento de todos los casos así como el retraso en el comienzo de las intervenciones de transición. Se trata de países como Finlandia, Suecia, Reino Unido o Australia, que ahora ponen el freno a la hora de iniciar la hormonación en menores de edad.
Y es que, hasta el Consejo de Estado, aquí en España, advertía: Cambiarse de sexo no es una broma: todos los menores deben contar con aval judicial para cambiar de sexo, para evitar "decisiones precipitadas".
La única que parece no darse por enterada de los riesgos de estos procesos de transición de género, especialmente en menores, es la señora Irene Montero.