Por un lado, tenemos los resultados del Observatorio de las Discriminaciones de Barcelona. Atentos al resultado, según esta herramienta, la Ciudad Condal discrimina... a quienes hablan catalán. 

Así, al parecer, hablar catalán constituye el cuarto motivo de discriminación en Barcelona, por detrás de las discriminaciones xenófobas, por motivo de salud y LGTBI-fobicas. Durante el 2023, el informe apunta que en la ciudad de Barcelona se comunicaron hasta 125 discriminaciones por el uso de una lengua, todas vinculadas al catalán. Esta cifra supone un crecimiento del 38,9% respecto de las 90 discriminaciones denunciadas en el 2022, que ya eran más que las 55 del 2021, las 47 del 2020 o las 45 del 2019. En total, el año pasado las discriminaciones para hablar en catalán representaron un 14,45% del total de denuncias, un porcentaje ligeramente superior al del año anterior. El año pasado se registraron 865 situaciones de discriminación, es decir, 234 más que las 631 del 2022. Del total, 230 incidencias fueron por racismo y xenofobia; 217 por salud; y la LGTBI-fobia fue el tercer motivo, con 205 denuncias.

discriminación

La mayoría de discriminaciones para hablar catalán fueron perpetradas por empresas o entidades privadas -80 casos- y por administraciones públicas —45 casos. En el primer caso, los agentes discriminadores fueron trabajadores que negaron la atención a personas que querían seguir hablando en catalán, agentes en oficinas bancarias y trabajadores de comercios y restaurantes. En relación con la administración pública, fueron perpetradas, sobre todo, por funcionarios del ámbito de la salud y por agentes de los cuerpos de seguridad locales.   

Según Mireia Plana, vicepresidenta de Plataforma per la Llengua, ha destacado en la presentación del informe que la sanidad es uno de los sectores que más preocupa a la entidad en cuanto a las discriminaciones lingüísticas. Explica que a menudo, cuando los discriminados se quejan, los agentes discriminadores modifican la narrativa de los hechos ocurridos para no hacer frente a la denuncia y acaban relativizando la situación y culpabilizando a la víctima. Por otra parte, señala que la necesidad de ser atendido lleva a ceder y cambiar la lengua en muchos casos. "La sensación de vulnerabilidad se percibe especialmente en el ámbito de la salud mental, la pediatría y la gerontología", explica. Para la ONG del catalán, el informe demuestra que la discriminación lingüística la sufren especialmente los catalanohablantes, y que la normativa que teóricamente ampara los derechos no es efectiva para detener las discriminaciones que sufren ni la impunidad de los que las practican.

Mientras, en el ámbito educativo, la situación parece distinta dado que según la asociación Hablamos Español, familias de Cataluña les han transmitido su preocupación porque en las reuniones de inicio de curso y en la documentación que los centros de enseñanza les están enviando, se da a entender que la imposición del catalán se extenderá, a partir de ahora, a todos los espacios y actividades del centro. Para muestra, el material enviado a las familias por un centro público de Tarragona, que señala como segunda prioridad para el curso entrante “Potenciar el uso del catalán como la lengua vehicular de la escuela para poder mejorar la competencia lingüística del alumnado”. Ya no se trata de que el catalán sea la única lengua vehicular de las asignaturas no lingüísticas, sino que lo será del centro en su totalidad. Esto se ha interpretado por parte de muchos profesores como un aval para prohibir el uso del español en el patio, en el comedor y en otras actividades no lectivas y así se lo están transmitiendo a los alumnos. 

Por esa razón, la asociación ha elaborado un documento para los casos en los que se prohíba el uso del español en patio, comedor, etc., y está pensado principalmente para las familias catalanas que lo soliciten.