Según confirman fuentes de los Mossos d'Esquadra, el suceso ocurrió a plena luz del día, sobre las 11:30 horas en un tren de Barcelona. Un hombre de origen magrebí se sentó al lado de un joven ofreciéndole cerveza. Acto seguido, le cogió la mano y se la puso debajo del pantalón en la zona de los genitales. "Me quedé completamente inmovilizado y en shock, no me podía creer lo que estaba pasando". 

Después le intentó robar unos pendientes de oro, pero, al tener cierre de seguridad, no lo consiguió. "También me tocó el culo y me intentó quitar la cadena de plata", añade la víctima, que tiene una discapacidad. Según relata a Metrópoli, "todo pasó muy rápido", pero tuvo tiempo de hacerle una foto. "Fue la única manera de quitármelo de encima, después de esto, se bajó del tren". 

La agresión tuvo lugar con el vagón lleno de gente y "nadie hizo nada para evitarlo". "Solo una mujer me preguntó si estaba bien cuando el agresor bajó del tren", dice la víctima. El chico se bajó en la parada de plaza de Catalunya y pidió ayuda a un vigilante de seguridad. Al poco rato llegaron los agentes de la Guardia Urbana y los Mossos y, cuando les enseñó la foto del agresor, pudieron comprobar que se trataba de un multirreincidente habitual.